Ahora
el tema es el del parlamentarismo y la limitación -o no- a la duración en los cargos políticos.
A ver, desde el punto de vista de la democracia, que se supone que refleja la voluntad popular:
Si los votantes deciden votar a quien sea durante 50 años ¿qué norma es en democracia superior a la voluntad popular como para coartarle ese derecho?
Excusa: existe el riesgo de que alguien "se eternice" en el pòder. ¿Y? Si el soberano así lo decide... ¡cuá é el poblema? Tal vez, sea éste el p(r)oblema, el que está enmascarado detrás de este juego el de las faltas de ortografía; el soberano puede decidir bien una vez, máximo dos. Después ya no, dicen los sabios. Después hay hegemonía, totalitarismo, Ceacescu. Concluido ésto, que cayó de maduro, sobre todo ante LA reelección tan cantada, entonces los sabios discuten sobre si el parlamentarismo sería un remedio a ese riesgo totalitario que implica que alguien -que no sea ellos- pueda ganar las elecciones por tercera vez.
La sabia gorda faro moral de la república sostiene que el parlamentarismo permitiría a los malos eternizarse en el poder; mientras que el sabio hermético sostiene que si bien eso es cierto:
No tengo ninguna duda de que este sistema es altamente más democrático que uno presidencialista y con menos riesgos, porque (en el primer caso) siempre hay un fusible para recomponer y reencauzar un gobierno", enfatizó.
Que en castellano quiere decir que con las elecciones del 2009 el Grupo A hubiera destituido a Cristina. Eso es lo que subyace, pero en realidad, es sólo el discurso del inconsciente; de haber un sistema parlamentario, no habría elecciones de medio término, el sistema no lo aguantaría. Pero está ahí, eso es lo que el sabio hermético quiso decir, y para unos oídos avezados como los nuestros, dijo.
Pero además... Felipe González fue presidente de gobierno 14 años, y sólo cayó por la acción conjunta del PP, el PC y el Magnetto de aquellos lares, Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo. Y pensar que esto fue en el 96, hace 15 años, y Felipe tiene prácticamente la misma edad que su correligionario hermético, quien 15 años después se está presentando por primera vez a unas presidenciales. Y ya quiere cambiar el sistema político.
Es que los sabios... uff. son mucho. Entre los dos juntaron el 13% de los votos. Y están preocupadísimos que el 50% se la crea, crea en la democracia, crea que tiene derechos. Crea que sus ilusiones pueden ir más allá del 2015.
O sea, todo el debate de estos demócratas, antes incluso del 23 de octubre, se centra en crear maneras de desvirtuar la democracia o vaciarla de contenido. Los que sacaron porcentajes testimoniales: uno representó en las primarias a 1 de cada 10 votantes, la otra a 3 de cada 100 votantes, discuten, como elite seudoilustrada que son, como limitar la voluntad popular, INCLUSO ANTES DE QUE ESTA SE MANIFIESTE. En el caso del sabio hermético, esto se produce en el contexto de una visita del ex presidente Tabaré Vázquez, y, por supuesto,enunciando las maravillas de la democracia en el país vecino -esa democracia en la cual los parlamentarios siguen votando a favor de la impunidad de los torturadores y asesinos, ¿viste?- en detrimento de ésta, que es mala, sencillamente porque no los vota a ellos. No hay otro motivo amigos míos (aaay, ahora es cuando me fumaría un pucho, pero no, ya no fumo ni fumaré); el mal perder de dichos individuos los lleva por cualquier lado.
Comparemos con los otros poderes. Empecemos por el cuarto poder. A ver, Papel Prensa, el relato de Lidia Papaleo de Graiver sobre la mirada y las palabras de Magnetto, esto fue en ¿el 76? ¿En qué año estamos? 2011? Horrible, hace 35 años, y me acuerdo como si fuera ayer de montones de cosas...
35 años. ¿Magnettto, dijiste? ¿35 años, dijiste? y como decís Magnetto, podés decir Grondona. Y por ahí fueron entrando Kirschbaum, Gelblung, Van der Kooy. Hace más de 30 años. El cuarto poder.
El cuarto poder. Se supone que vienen, el ejecutivo, el legislativo, el judicial. Y después ellos. Al primero y al segundo los elige el pueblo. Y al tercero los primeros dos, elegidos por el pueblo más una suerte de meritocracia. Por supuesto, estamos hablando de una situación ideal, el judicial aún está contaminado por algunas rémoras de la dictadura, que poco a poco se irá limpiando si Deus quizer. Pero la situación ideal, reiteramos, es que incluso en el tercer poder la voluntad popular está presente.
Pero el cuarto poder...35 años de Magnetto (mínimo, 35 del episodio Graiver). Y esos, los que llevan mínimo 35 años con el dedo levantado, condicionando, presionando, molestando, se permiten juzgar que el primer poder esté más o menos tiempo en el poder, aunque la voluntad popular así lo indique.
Pero hablemos en serio. Me gusta para esto una sentencia castiza: niego la mayor. Y la mayor es: niego la existencia del cuarto poder. Pero no por negar la libertad de expresión ni nada relacionado con la prensa: es que la propia estructura de poder enunciada es falaz. Hay una especie de declaración voluntariosa de Ignacio Ramonet - Le Monde Diplomatique- sobre el quinto poder, que vendríamos a ser nosotros, que controlaríamos el cuarto poder -y a los demás- a través de las redes sociales y demás. Pero Ramonet, está todo mal, todo tu planteo y no es ahora, fue siempre así. Por un lado, los tres poderes son intrínsecos al Estado, y la idea de su división de tareas tiene como objetivo el asegurar la continuidad del Estado y de las reglas en las que está sustentado -Constitución, leyes, etc-. El aceptar la existencia de un cuarto poder supuestamente encarnado en la prensa y desconocer al mismo tiempo en ese "ordenamiento de poderes" la existencia de los poderes económicos tan evidentes y tan perpetuos y tan ilimitados, denota en la propia enunciación del cuarto poder -y del quinto de Ramonet- una intención que oscila entre lo criminal y la irresponsabilidad criminal. Salta a la vista: quienes han tomado las decisiones en todo este gigantesco quilombo, consultoras, especuladores, banca, están ausentes en esta enunciación de los poderes. ¿y es inocente? En absoluto. A través de ese supuesto cuarto poder consultoras, especuladores, banca, se hicieron pasar a lo largo de casi siglos como fenómenos de la naturaleza, que están por encima de los avatares humanos - los de los tres poderes-. Y una de las pruebas es que en en todas las representaciones del cuarto poder las noticias "normales" económicas -comportamiento de la bolsa- fue siempre comunicada junto con las noticias meteorológicas. No, no es inocente. Es una forma de comunicar que, respecto de lo que ocurre allí, no se tiene más influencia que respecto del clima. Hay que abrigarse -o desnudarse (y llegado el caso, ponerse en cuatro patas)- pero no se puede más frente a las leyes de la naturaleza que son las decisiones de los especuladores.
En resumidas cuentas ¿quién (te) dijo que sos el cuarto poder? Te lo inventaste vos, te la crees y nos la querés hacer creer/padecer a todos. y para naturalizar por ejemplo que, al mismo tiempo que insistís que los poderes democráticos se pongan límites temporales en su ejercicio, tipos no elegidos por el pueblo pero responsables también de su bien o malestar, como era el caso de los directivos de algunas cajas de ahorro españolas, al ser despedidos por su mala gestión, después de años, muchos más que los que se pretende que esté Cristina concretamente en el poder, cobraron en algunos caso más de 20 millones de euros -leíste bien- de indemnización. Lo tremendo es que la relación de las cajas -de las regiones españolas y de sus ciudadanos- con esos directivos era la del prisionero con su captor; fuera cuando fuera que el poder soberano decidiera que tuvieran que irse y aunque fuera por arruinar esa institución cuya dirección les fue encomendada, ellos iban a llevarse esa indemnización. Nada de 4 años, 6 años, elecciones de medio término. nada. la guita por delante. (o por detrás de los ciudadanos).
Acabo de ver a la gentuza de Wall Street bebiendo champagne en los balcones, mientras a sus pies eran reprimidos y encarcelados manifestantes. Muy ilustrativo.
Último punto de la lista, muy cortito. Una súbita comprensión, ayer escuchando a Cristina hablando sobre el plan 2020. Habló del acero inoxidable, "el de las ollas", y con incredulidad decía que acá no se hacía, y que no podía ser. Y esto, que parece tan pelotudo, resume lo que quiero contar: la limitación en la duración de los cargos ejecutivos apunta a eso, a que los responsables de nuestro bienestar no tengan tiempo de darse cuenta de qué ocurre y deja de ocurrir, que se fabrica y que no y por qué, que no tengan tiempo de levantar barricadas, de cuidarnos. De aprovechar para nosotros el conocimiento y la experiencia adquirida en sus primeros pasos. Porque no le da el tiempo ni de aplicarlo, ni de transmitirlo tampoco, y además, hay que ver si su sucesor está dispuesto a escuchar. Los yanquis, -y acá parece que también- hablan de pato rengo -describiendo a un presidente en su segundo período- pero esto, que contado así parece que fuera connatural a la democracia yanqui, no lo es. Hasta Roosvelt hubo reelección indefinida; de hecho, Roosevelt murió durante su cuarto mandato consecutivo. Y con su muerte, los poderes no contabilizados entre los 5 arriba mencionados decidieron que no podía volver a correrse el riesgo del toparse con otro Roosevelt retobado y se inventó lo de la limitación a dos períodos y con ello lo del pato rengo. De eso hace 60 años nada más. No los tengo yo aún. Pero mis hermanos sí.
No hay que dejarse con el tema de la limitación temporal del Poder Ejecutivo, (mientras Carlos Fayt, con 93 años, sigue siendo juez de la Corte Suprema) (y los más de 35 años de Magnettismo y Grondonismo). Lo único que vale es la voluntad popular, y lo único que merece la pena reglamentar es como asegurar que ésta esté representada de la mejor manera posible. Rectifico: no merece la pena.
Es obligatorio.
RH