Preguntas que ahora se responden solas:
¿Por qué alguien prefiere vivir en una villa antes que seguir en el interior (argentino, paraguayo, boliviano)?
Porque no quiere ser arreado como ganado, encerrado y ser reducido a la servidumbre en el campo. Ese campo ideal, de la Argentina profunda, muestra su verdadera cara, la de siempre. La prosperidad conseguida a base del expolio. Y aunque ahora la junten ya no con pala, sino con pala mecánica, y aparente ser innecesaria la explotación al límite, casi por tradición se sigue.
Y para los que exigían mano dura en el caso de las ocupaciones, está respondido: con la ley en la mano, se resuelven (y políticas sociales, educación, AUH, etc), se enfrentan y solucionan los problemas.
Y para enfrentarse a las mafias de explotación señorial (ellos son el campo), señores progres y troskos, la enunciación cómoda y vociferil no sirve para nada; por el contrario, las alerta e incrementa las presiones subterráneas. Pero con la ley en la mano -oh casualidad- es como también pueden comenzar a desarticularse esas tramas que infestaron nuestro país.
El imperio de la ley. Con el imperio de la ley se acabó con la impunidad de los crímenes de la dictadura. Y bajo ese mismo imperio se irán enfrentando las lacras que nos dejaron décadas de impunidad. Lo contrario a esa (in)actividad espasmódica a la que son tan adictos medios y (ex)políticos opositores.
Parece que -en esta parte del mundo por lo menos- la Edad Media va tocando a su fin. Los señores seguirán dando manotazos un rato largo. Pero una sociedad mejor se vislumbra.
RH
Bien. Curiosamente el comentario podría hacerse de la misma manera al terminar el Antiguo Régimen. Ojalá...
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