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sábado, 27 de octubre de 2012

2 AÑOS DEL FLACO LEJOS

Pero cómo te agrandaste flaco. Y te seguis agrandando. Lo vas llenando todo. Ojalá, así como cuando te fuiste muchos -pibes sobre todo- se fueron despertando, re-conociéndo(te), los intoxicados de hoy pudieran des-envenenarse.

Y…habrá que seguir sanando. Como (nos) sanaste a tantos. Con toda tu humanidá, y la de tu cumpa que nos cuida tanto.

Seguir curando a esta socied

ad arruinada por losh que eshtan nervioshosh

Desarruinar.

Desescombrar, desmadejar, desintoxicar.

Todas cosas que vos y esa loca de tu mujer nos enseñaron como posible y obligatorio.

Lo intentamos, es difícil, vos lo sabés. Vos sabés y nos dijsite mil veces que esto es pasito a pasito y pesito a pesito como en tu cuaderno. Y sabés y tenemos que saber que todo esto, con este máximo esfuerzo, es para de momento mantener un marcador honorable, nada de victoria, sólo el gran premio hasta ahora nunca obtenido de que la derrota no sea el resultado inevitable y fatal.

Y no nos pudieron del todo. Nos seguimos sacando impurezas, cada tanto alguno de esos, de esos que dormían en la cama de tus hijos, se descubre como lo que siempre fue y se va. En realidad no se va porque nunca estuvo, dejó libre un lugar, un lugar que sólo in-utilizó, para que viniera alguien nuevo, una de esas mil flores que si están y florecen más y más.

Y no creo que nos puedan. Están tus dos ojos mirándonos (dicen que donde te fuiste los oculistas son lo mejor: infalibles. Y, además, de tu obra social) y nosotros te creemos, nos la creemos y ya vamos creando más situaciones de gol y el empate está cerca.

Flaco. Cómo lloramos. Lloramos hasta con la censista cuando vino. Y lloro cada vez que pienso en cuánto te lloré, y lloro ahora, y ojalá “la gente” se disolviera en nosotros y pudiera llorar sus tantas penas inoculadas por sus perversos torturadores. Eshosh que esthtan cada vez mash nervioshosh.

Flaco, qué agrandado que estás. Decí que la mina esa que te agenciaste, también ocupa mucho. Los dos se agrandan cada vez más y más, y nosotros nos agrandamos también, y ojalá la patria pudiera contenernos, agrandarse lindo, agrandando el mundo también, que esa en el fondo es la cosa de pensar todos y todas.

Del lejano sur, del confin del mundo,a agrandarlo. Qué bárbaro che. ¿No ibas a ser sólo intendente de Río Gallegos? Y te seguís agrandando… Y sabemos que el año que viene vas a ser más grande todavía… Ché flaco, te dejo por un rato. Porque hoy, que el día recién comienza, seguro que nos vamos a cruzar muchas veces.

RH

sábado, 28 de mayo de 2011

Y sobre el fuego de Néstor, Bruchstein nos vuelve a iluminar

Bruchstein significa en alemán algo así como "piedra triturada". Leyendo lo que Luis Bruchstein escribe hoy en P12 se lo puede sentir como un aluvión que arrastra/arrasa todos los prejuicios y preconceptos sobre Néstor (y su fuego).

Una maraviya, don Luis. Siga poniendo luz sobre lo que tanto intelectual barato, casi conseguido a precio de sarlo, intenta oscurecer con triste, tedioso y envidioso palabraje.

Vamos a sus palabras, don Luis.

EL KARMA DEL 25

Los 25 de Mayo tienen para la Argentina un karma particular. Cuando Néstor Kirchner asumió el 25 de Mayo de 2003, recordó el 25 de Mayo de 1973, treinta años atrás, cuando Héctor Cámpora tomó posesión respaldado por una multitudinaria concentración de la JotaPe, de la que él mismo formaba parte. Cristina Kirchner volvió a recordarlo este miércoles 25 de Mayo en Resistencia, ocho años después.

“Cuando escuché el discurso de Néstor ese día, supe que iba a tener un costo muy alto”, recordó la Presidenta. Y señaló otro 25 de Mayo, el del Bicentenario, cuando Néstor Kirchner, poco antes de morir, tuvo la certeza de que su proyecto había echado raíz.

Se podrá estar de acuerdo o no, pero después de tantos años de hegemonía neoliberal, aquel discurso rompía los esquemas. Por eso, la mayoría no le creyó. Era otro político más con un discurso de circunstancia. Hubo quien tomó algunas de sus resonancias, sobre derechos humanos o sobre referencias históricas, pero la mayoría no valoró el contenido global que proponía.

El esfuerzo principal de Kirchner en todos esos años fue para gobernar, pero además para ganar credibilidad. Su discurso, al igual que el de los demás políticos, no era creíble. Resultará casi imposible explicar ese fenómeno en el futuro: un presidente luchando para ganar una credibilidad que le era esquiva aun cuando se lanzaba tras metas y ganaba batallas que en treinta años sólo habían existido en la categoría de consigna o expresión de deseos, como la conformación de una Suprema Corte idónea e independiente, como la anulación de las leyes de impunidad y la realización de los juicios contra los represores, como la quita más importante en la historia de la deuda externa del mundo o acabar con el ALCA de George Bush, entre otras.
Esas metas formaban parte de la tradición política del centroizquierda, de una parte del peronismo y de una parte del radicalismo. Nunca se habían podido concretar, pero cuando se pudo, en vez de reconocerlo, una parte de ese espectro siguió negándolo con más fuerza. Incluso algunos prefirieron unirse a sus enemigos, a los que habían generado esa deuda, los que habían aprobado las leyes de impunidad, los que habían manipulado a la Corte.

Se crearon varios relatos desde esa especie de negacionismo. El más elemental niega la realidad contra viento y marea. Nada de eso ocurrió, es todo una mentira. Más de un intelectual de paseo por TN suele intentar ese relato religioso donde se trata de creer o no creer.
El otro relato es más sofisticado. Personifica a un Kirchner político tradicional, amoral, sin principios ni ética ni ideología. Un hombre solamente motivado por el poder y que, sólo movido por esa combustión, realiza uno de los gobiernos más progresistas, o por lo menos, el que concreta gran parte de la agenda progresista que los supuestos progresistas que hacen ese relato nunca lograron. Desde ese lugar tan irregular, donde el que nunca logró concretar juzga a quien sí lo hizo, se puede calificar a Kirchner de calculador, que lo fue; de audaz, que por suerte también lo fue; pero no de progresista, que en realidad fue de lo que más hizo en su gobierno. Es decir, fue audaz y calculador, como señala el título del último libro de Beatriz Sarlo, pero para tomar las medidas que tomó, no para tirarse en parapente o correr en Fórmula 1.

Hay cierto regodeo en tratar de ponerse en ese lugar de juez y calificador del progresismo. Por citar a Ortega y Gasset: un hombre es él y sus circunstancias. En otras circunstancias, el Che podría haber sido un joven aventurero y después un médico de pueblo y hombre de familia.
A Kirchner le tocó vivir un momento histórico dramático en un lugar de responsabilidad inesperado y lo asumió cabalmente. Podría haber sido un desastre. Eran más las posibilidades de que así hubiera sido si se quedaba inmóvil, si se dejaba presionar, si hubiera sido incapaz o indolente o débil como muchos de los presidentes y aspirantes anteriores. Como ser humano tiene más mérito ese compromiso con el momento histórico y su realización, que una vida de pensar en cosas buenas.

Pero además ese relato no cierra. Es probable que antes de asumir, Kirchner no pensara en hacer todo lo que hizo. Venía del pragmatismo de una gestión provincial que había atravesado la década menemista. Es probable que en ese momento hubiera resignado muchas cosas que después hizo. Pero si Kirchner hubiera sido un malandra amoral como lo pintan, no hubiera elegido ese camino que para él tenía más costos que ganancias, como quedó finalmente demostrado. Y en ese caso, el mérito de haber podido comprender el reclamo de ese momento histórico sería aún mayor.

Los escritores vuelven una y otra vez a ese punto. Al momento en la vida de una persona que hasta allí no había sobresalido o había sido un campeón de lo cotidiano. Y de repente esa vida llega a una encrucijada donde todo está puesto en juego, el punto de decisión que iluminará todo lo demás. Puede ser que en ese punto los grandes personajes, los que vienen con discursos de comerse leones crudos o los grandes promeseros, se quiebren por temor o por corrupción. Y puede ser también que el personaje del que no lo esperábamos, el que venía con perfil bajo sin grandes discursos, se agrande y asuma todo el peso de esa encrucijada. Es el momento de definición. Ese 25 de Mayo de 2003 fue el gran momento de decisión de Néstor Kirchner, su encrucijada. Podría haber negociado con el poder sistémico para conseguir gobernabilidad, pero prefirió confrontarlo. Solamente haciendo ficción se puede saber lo que pensaba en ese momento o en el día anterior a su muerte o en todo ese agitado periplo. Lo que se puede saber son los resultados.

Y los resultados no condicen con la imagen del malandra. En Argentina hay muchas más experiencias de presidentes que se quebraron al asumir o durante la gestión. Son pocas las experiencias contrarias como la de Kirchner. Y aunque Raúl Alfonsín tiene mucho para rescatar, porque le tocó también, al igual que a Kirchner, un momento muy difícil, su experiencia fue muy frustrante para una generación que le puso todo el corazón al salir de la dictadura. Es probable que esa frustración provenga de la inmadurez, de la imposibilidad de reconocer las circunstancias contra las que debió lidiar el jefe radical, o de desconocer los recovecos sinuosos de la política, pero esa frustración fue muy fuerte. El mismo Kirchner pudo entender el drama de aquel Alfonsín y siempre lo diferenció claramente de sus otros antecesores.
Ese sector del progresismo furiosamente antikirchnerista busca interminables explicaciones para las capitulaciones de Alfonsín en acciones tan importantes que él había impulsado, como el Juicio a las Juntas. Pero es incapaz de reconocerle nada al gobierno de Néstor Kirchner, al que juzga con una rabia ciega.

Hay una construcción del personaje de Kirchner sobre la cual se justifica la negación de sus acciones. Si es un tipo malandra, movido por la ambición de poder y de dinero, ninguna de sus acciones puede ser buena. ¿Qué pasa si las acciones son buenas? ¿Entonces el hombre sería bueno? Las dos afirmaciones constituyen una estupidez, no hay un vínculo causal, solamente pueden servir como aproximación. Difícilmente un malandra opte por pelearse con la Iglesia, con Clarín, con el FMI y con Bush y es más probable que un tipo de buena entraña impulse los juicios a los represores o la conformación de una Corte independiente y de alto nivel. Son aproximaciones, porque en la realidad se pueden dar todas las combinaciones.

Si se justifican esas capitulaciones de Alfonsín al promediar su gobierno por el momento tan drástico y las fuertes presiones que lo ponían en un lugar de tanta debilidad, ¿por qué se critican las políticas del kirchnerismo, con sus alianzas y sus ofensivas para no capitular? ¿Es más honroso capitular y que no haya juicios? ¿O dar pelea con todas las herramientas de la política en democracia para que esos juicios se hagan? El que opte por lo primero, que se lo vaya a explicar a los familiares de los desaparecidos.

Muchos de los que critican así al gobierno de Kirchner, lo comparan con el gobierno de Lula, que en un país más complejo, con problemáticas muy diferentes, fue bastante menos “progresista” en sus medidas. Pero además, la gran prensa hizo denuncias de corrupción contra su gobierno que empalidecen a cualquiera de las que se hayan hecho aquí, la mayoría de las cuales están sin resolución en la Justicia. Y la mayoría de sus aliados, como los veteranos caudillos provinciales del PMDB, hacen que los vilipendiados gobernadores e intendentes argentinos del PJ parezcan nenes de pecho. En política se gana y se pierde, nada es lineal ni matemático. Para hacer lo que hizo, Lula hizo esas alianzas y recibió esas denuncias como parte de la campaña para contrarrestarlo.

Algunos intelectuales tienden a simpatizar con políticos testimoniales o “chamánicos” porque se parecen más a los intelectuales. Ellos priorizan la consigna frente a la acción. La acción sola es peligrosa también, pero la acción es la que transforma la realidad. El intelectual puede darle contenido a la acción, pero no es acción, a no ser que se transforme en político o militante. La política es real y trata de combinar la abstracción y la pureza del pensamiento con la impureza del conflicto concreto.

Néstor en el 83: el fuego ya ardía

Cristina presentando a su compañero y pasando el micrófono con cara de circunstancias. La denuncia de los que pactaron con la dictadura. El anuncio de que los dictadores serían sentados en el banquillo.

Hasta, al mejor estilo Néstor, quedarse sin palabras.

Néstor en plenitud, en el 83. El fuego que finalmente lo consumió, ya ardía visiblemente.

Agradecemos a Alejandro Cappa (el que lo filmó) y a Juan Carlos Chute que lo han aportado, y a Gonzalo, quien lo subió a Youtube. Y a a Artemio, donde lo vi.
RH

sábado, 21 de mayo de 2011

"Democracia real ya" es kirchnerista


¡Pero aún no lo saben!

Leemos a Sandra Russo, que nos enumera parte del manifiesto:

- Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sustentabilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

- Existen derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.

Las críticas al sistema imperante, que es asimilable a la situación que desemboca en el 2001 y comienza a resolverse en el 2003:

- El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.

- La democracia surge del pueblo, así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser llevar nuestra voz a las instituciones, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partidocrática encabezada por las inamovibles siglas del PSOE.

Sandra cita a una socióloga, Angeles Díez, de la cual transcribo el párrafo siguiente: 

En su análisis escrito en Madrid, Angeles Diez dice que los procesos sociales tienen “algo de orgánico, algo de mágico y algo de memoria”. Lo orgánico son los cuerpos en los que se inscriben, los cuerpos que se arrebatan y se cansan, y es el ritmo vital de los procesos sociales, que tienen un principio, un climax y un desgaste. Lo mágico “se expresa en la construcción de la posibilidad donde sólo había improbabilidad –concluye Diez–, tiene que ver con la potencia, con lo que puede llegar a ser. La memoria es la mirada del ángel de la historia, que hoy en Madrid se pregunta qué cosa fue la Transición española y a qué le llaman democracia”.

Y de aquí rescato dos cosas: 

Lo mágico “se expresa en la construcción de la posibilidad donde sólo había improbabilidad –concluye Diez–, tiene que ver con la potencia, con lo que puede llegar a ser.

Frase que se completa con dos nombres:  Néstor y Cristina. Son lo que llegó a ser. Y a estar.

La otra frase: 

La memoria es la mirada del ángel de la historia, que hoy en Madrid se pregunta qué cosa fue la Transición española y a qué le llaman democracia-

Tiene un nombre que aquí siempre invoca:

Los Pactos de la Moncloa. Eso fue la Transición española, y desemboca en esto.

Y te digo más. Te digo que aquí sí hubo pactos de la Moncloa, que el pacto de Olivos fue uno de ellos; la prueba está en que la Alianza no discutió el sistema económico imperante como no lo hizo el PSOE, y si la cosa allá duró más es porque no estaban en la periferia como nosotros: es peligroso tener vecinos en la lona. Y construir un muro en los Pirineos es más difícil que hacerlo en San Isidro. (e igual de ilegal)

Y ahora se explica otra cosa: la animadversión por los Kirchner que siempre expresaron los medios españoles. No es por el populismo, ni por lo demagógico, ni porque fueran ricos o supuestamente corruptos.

Sino porque cualquiera con dos dedos de frente (y en El País tienen dos dedos de frente) sabían que el modelo económico era inviable, y que frente a esto los Kirchner son pésimos ejemplos; El País también podía voltear un presidente con 5 tapas adversas y sino que lo diga Felipe González. El surgimiento de algo nuevo, no controlable, los aterra. Alguien que les discuta de igual a igual, a ellos, a los Botín (Banco de Santander)y a tantos que medraron y se enriquecieron mientras el pueblo español comenzó -por ejemplo- a pagar por el fútbol. Al Grupo Prisa (El Pais), por supuesto

Sandra cita a esa socióloga, pero no se engañen: el despiste prima en la mayoría de sus colegas, como pueden leer acá. La mayoría de ellos había dejado de pisar la calle hacía mucho; ese lugar repleto de algo tan poco interesante como las personas. Y ahora parecen economistas ortodoxos, prestos a explicar algo que fueron incapaces de prever a pesar de que se cocía delante de sus narices.

Bueno, lo dicho. Que sepan que son kirchneristas. Ahora tienen que encontrar a su Néstor.

A Cristina la necesitamos acá todavía.

¡Hasta el 2050! (con esto salgo en Clarín seguro)

RH

PD: Amigos escépticos. Ya sé que esto es una expresión de deseos. Pero me gusta leer los signos y asimilarlos a lo dejá vú. Igual, la respuesta la veremos dentro de unos cuantos años; 2 hasta la aparición de Néstor, y unos cuantos más hasta que los cambios se sientan. Entremedio aparecerán alternativas cuasi fascistas, que asustarán, como López Murphy, Patti, Blumberg, etc; para eso tienen al PP. Y ahora sí, con el permiso de Ustedes, me retiro.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Fábula por y para Néstor Kirchner

Quiero cerrar este año tan especial con un cuento, de esos que salen con la aclaración  "basado en una historia real". 

Efectivamente, la historia  que narraré es real, pero también es fabulosa - de fábula- . Los protagonistas del relato somos morfológicamente humanos, pero siendo que pertenecemos al aluvión zoológico, se cumple la condición para que sea una fábula (o sea, protagonizada por animales que hablan). Y es también una fábula porque además, tiene moraleja.

En esta entrada, mencionaba al pasar al aceite de oliva como factótum de mi matrimonio. En realidad, el bidón del virtuoso fluido asestó (según algunas versiones) el golpe de gracia. Pero el motor fue otro.

Comencemos. 25 de mayo del 2006. Jardines de la embajada argentina de Madrid. Unas, no sé, 400 personas. 

Yo me refugiaba en el último rincón del jardín charlando con una amiga sobre mis cuitas profesionales y personales, que casi habían impedido que fuera. Estaba muy cansado. En un momento, se acerca a nosotros una amiga de mi amiga, acompañada por una mujer que acababa de llegar de Buenos Aires. Hacen la ronda de presentaciones, pero como dije, estaba molido y la verdad es que casi no presté atención. 

Pero algo hizo click. Miré a la recién llegada, y pregunté:

"¿Cómo dijiste que te llamabas?"

"Cristina"

"¿Cristina qué?"

"Cristina Pérez"

Sonrío, y le digo a mi amiga al oído: "Fue novia mía hace 28 años". Mi amiga comienza a reírse, su amiga (la que acompañaba a la recién llegada) pregunta qué pasa, le repito "Fue novia mía hace 28 años", comienza a reírse también. La recién llegada pregunta "¿qué pasa?". Me acerco y digo "bueno, yo sé que 28 años no es nada, pero podrías acordarte..."  Me mira (mientras su computadora mental calcula rápidamente, 2006 menos 28, 1978...) 

"¡¿Ricky?! ¡¿Sos Ricky?!". 

Sí, era Ricky. 28 años después, sin noticias uno del otro. Habiamos salido unos meses, en el 78, las circunstancias de la época nos habían separado al poco tiempo.. Esas cosas que pasaban en esos años oscuros. Ahora estábamos ahí, mirándonos con asombro. Cuando nos abrazamos en medio del círculo de argentinos curiosos y sonrientes que hace altura ya se había formado, me pregunta al oído :

"¿Y? ¿Pudiste cambiar el mundo?"

Esa noche se quedó en casa, allí fue donde vio el bidón de aceite de oliva que le revelaba que yo era el hombre de su vida...Ella acababa de llegar a Madrid el día anterior, se iba dos días después. 

Se quedó tres meses. Después vine yo, por unos días también, también terminé quedándome meses. 

El 1 de abril del 2007 nos casamos en Buenos Aires. Rodeados de escarapelas, con una estética de acto escolar, recreando nuestro 25 de mayo. Y aquí seguimos.

Una fábula ¿no? Y ahora viene la moraleja.

La moraleja es: la política cambia de verdad la vida de las personas.

Y la cambia hasta en sentidos impensados, pero que no por impensados (no pensados) son menos concretos. El 25 de mayo del 2003 fue el último en el cual la embajada de Madrid era territorio enemigo, unas instalaciones frente a las cuales manifestarse. Abel Posse fue el último embajador de los gobiernos que destruyeron la Argentina, y sus 25 de mayos eran los de los represores y el establishment. 

Con la llegada de Carlos Bettini, y por instrucción expresa de Néstor Kirchner, la embajada argentina de Madrid se transformó en un espacio abierto, una embajada para todos y todas. Tanto es así que mi mujer se presentó allí sin invitación porque estando a tres cuadras se enteró que había fiesta en la embajada, y allí fue, entró libremente, y fue a parar a mis brazos.

Y esto no hubiera ocurrido sin la decisión política de Néstor y Cristina. Yo no estaría casado, no sé si estaría en la Argentina. Pero ocurrió. Gracias a Néstor y Cristina soy feliz en la Argentina. Y ocurrió un 25 de mayo ¿Qué más podría pedir?

Pensemos, sintamos ¿Cuántas miles de historias de este tipo se habrán dado desde el 2003 hasta ahora, de reencuentros y encuentros? Ese extraordinario Bicentenario. Esa tristeza transformada en unión con que nos hermanó la pérdida de Néstor. Este privilegio que tengo de poder dirigirme a ustedes a través de este medio, de sentir que los conozco a todos, y que todos me conocen, que los lazos que nos unen son ya indelebles.

Les deseo el maravilloso, fabuloso 2011 que parece que se viene nomás.

Un abrazo a todos.

RH