Para algunos esto es una boludez. ¿Lo es realmente?
Por un lado, la diferencia supone por ahí, dos kilos de papas. En un solo kg de pan. ¿Es una boludez?
Por el otro, ¿es una boludez que dos personas ganen, haciendo lo mismo, entre un 70% y un 120% más uno que otro? Pues éste es el caso. Por lo mismo, el Realicó cobra el 70% más que el otro, y gana probablemente un 120% más. Por cosas como esa, por diferencias de ese tenor se hacen huelgas, se cortan rutas. Insisto: a fin de mes, por la venta de pan, habiendo pagado lo mismo al panadero, uno tiene un 40% menos de plata en la caja que el otro; y el comprador, si tuviera la plata justa y tenga una familia que consume un kg de pan por día,compraría al mes 60 -¡60!- kg menos de papas al mes. O en carne, en bifes a 25 pesos el kg, 5 kg al mes menos de carne al mes. ¿Es poco? No se trata de litadelazzariar. La idea de publicar esto no es que vayan a comprar el pan a Pacheco, como leí por ahí, porque además, como mostramos con ambas fotos, no es el lugar el problema. Estamos hablando de la decisión individual de un comerciante,de muchos comerciantes, pero uno por uno.
Ahora bien ¿Qué es lo que hace que un comerciante, ganando un margen normal pueda cobrar 6 decida 10?
Ttodos, hasta el más criminal, sustentamos nuestros actos en cierta legitimidad interior, necesitamos esa legitimidad para actuar, un supuesto agravio, una supuesta historia. Uno se pregunta ¿en qué legitimidad se basan los que, pudiendo cobrar el pan a 6 pesos (¡o 5! ¡o 4!) lo cobran 10, 15, 18 pesos? A ver… lo tengo en la punta de la lengua… ”¡la inflación no es la que dice el gobierno!”, “¡el indec miente!”, y ahora Moyano “¡la inflación del supermercado!”. ¿Y dónde se ”imprime” esa legitimidad, dónde se reproducen hasta el paroxismo? Sísí,lo sabemos¿no? Los medios, los medios, los medios. La repetición cotinua, como una letanía, de las ideas entrecomilladas de arriba. Ahí reside esa legitimidad. Cubrirse de esa otra “inseguridad” que es “la inflación”, Y entonces te traen a “economistas” (si alguien se merece las comillas son estos) que se atreven a decir que “la inflación es un impuesto a los pobres”, como si el Gobierno se llevara la diferencia. Y resulta que… el señor que vende a10 también vende muchosmuchos kilos de pan, pagando lo mismo que el que lo vende a 6, así que su excedente se multiplica muchas veces. Seguramente que, con la diferencia, pueda comprarse 100 kgs de bifes más al mes que si lo vendiera a 6 pesos.
Y si encima esto se proyecta en la gran cantidad de productos que vende un supermercado, podemos ver que hay un gigantesco desplazamiento de recursos de los consumidores, los más pobres, a los más ricos. Nada de impuesto: simple exacción de un privado a los consumidores. Saqueo fomentado, “legitimado” desde los medios.
El crimen perfecto: unos multiplican su ganancia, el culpable es el gobierno.
Y elcontrol de precios no es el camino: el control de precios conduce al desbastecimiento. Y sitúa entonces la “malignidad” en el”controlador” (Moreno, naturalmente) y no en quienes medran con esta “inseguridad inflacionaria”.
¿Y entonces,qué se puede hacer?
Mucho. Por empezar, hablar, hablar mucho con los vecinos y amigos. Y no se trata sólo de la utopía de las compras comunitarias.Se trata sencillamente de intercambiar experiencias con los vecinos,donde compran, cuánto cuesta tal o cual cosa.“Sí, a mi me sale tanto…” Hacer que el tema esté presente.
En segundo lugar, y dentro de la misma línea, discutir con los comerciantes, y haciendo mucho lío, o sea, diciendo a viva voz esto es carísimo,esto es un robo. Y me estás robando vos, porque yo sé que en otro lado,a la vuelta, está más barato. Y no te lo compro (aunque vayamos a la vuelta y paguemos lo mismo después)
Puede haber mil maneras, pero el tema es no quedarse con que el Gobierno es culpable, PORQUE NO LO ES. Puede hacer cosas mejores, pero no es quien aumenta los precios, quien los aumenta es quien los aumenta.
Y ahora, algo que podría y debería hacer el Gobierno,pero que tal vez nosotros podríamos comenzar, y aquí va una propuesta, que eslade crear una base de datos pública de precios.
Nadie puede obligar a un comerciante a vender a tal o cual precio, pero sí se los puede obligar a que estos precios sean públicos, tanto, que uno pueda acceder desde cualquier rincón del país a esa base de datos y saber cuánto vale tal producto en todos los negocios de mi barrio. Si es obligatorio (y no se cumple, pero se los puede obligar) que los productos estén marcados y que haya precios en vidriera,es perfectamente legal que esos precios sean visibles desde la casa de uno o el celu de uno. Que todos, ellos mismos puedan saber a cuánto vende cada uno qué cosa.
Como dijimos, esto es algo que debería hacer el Gobierno, pero podríamos comenzar nosotros, simplemente formando “equipo”. Muchísimos de nosotros tenemos cámara en el celular, así que, como yo mismo lo hago, cientos de amigos pueden hacer lo mismo en distintas partes del país, fotografiar producto y precio en la góndola de su supermercado, e ir incorporando estos precios,con el testimonio de la foto en una base de datos de acceso libre.
Fomentar la competencia, estimular la aparición de ofertas. Que los comerciantes (los que lo hacen ojo, (¡esto no es una cruzada anticomerciante!) sepan que no pueden saquear y mentir impunemente. Desenmascarar esas tremendas truchadas de las grandes cadenas con esos seudoenormes descuentos con la tarjeta tal o cual: esos descuentos van sobre precios inflados, y encima, la mayor cantidad de veces son en “pesochecks” utilizables sólo un par de días.
Y tapar el “ruido inflacionista” de los medios con datos ciertos, reales. Por fin dejaríamos de hablar de ese índice siempre falso de“inflación”, ese dato que no nos sirve para nada, y hablaríamos de lo que nos afecta: los precios.
Tenemos que tomar conciencia de que vivimos en una sociedad extremadamente fragmentada, y fragmentada en sentido acusativo, o sea “fragmentada por”, y que lleva siendo “fragmentada por” décadas, siglos tal vez. Éste ha sido el gran negocio, en sentido extenso, de los grandes medios: mantenernos en un estado de guerra civil latente, o en cámara lenta si se quiere. La “inseguridad”, esa sensación que a diario difunden esas usinas aterrorizantes, que es mucho más abarcadora que laatinente a los hechos violentos:la inflación también es inseguridad, y el fomento de la fuga de divisas a través de la compra de dólares lo es también.
Volviendo al tema de precios, y de la creación de una base de datos, me gustaría conocer sus opiniones al respecto. De ser interesante para unos cuantos, podemos hacer una reunión para organizarlo y ponerlo en marcha.
No vamos a seguir mirando como hay unos cuántos que se benefician gracias al paraguas aterrorizador de los malos.
¿Lo vamos a seguir permitiendo?
RH
PD: En mi barrio, comenzamos a echar este volante por la noche, por debajo de las puertas de los comercios
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