La secretaría de Comercio decidió por fin intervenir en el "mercado" de las consultoras, luego de años de falta de rigor por parte de las mismas e impunidad a la hora de pagar los costos de las inexactitudes o directamente falacias que las "consultoras" hacen públicas. Pueden verlo aquí
Hace unos meses Huinca publicó la nota "Inflación: una conspiración contra todos los argentinos" .
En dicha nota analizábamos el comportamiento de estas consultoras; en particular de Buenos Aires City, la de mayor exposición mediática por su continua cita por parte de los medios monopólicos. Nos cuenta Página 12 que en el procedimiento iniciado, a la directora de dicha "consultora" hubo que buscarla en su casa, porque la misma (la "consultora") no tenía ni dirección ni teléfono. Un indicador excelso del grado de seriedad esperable de esta consultora. Resulta dramático pensar que algo así tenga tanta incidencia en la vida cotidiana de todo un país, pero es una demostración palpable del rol multiplicador y legitimador de prácticas reprobables o directamente delictivas que tienen los medios de comunicación masivos. Creemos por tanto que si esta denuncia prospera, debería hacerse extensiva a quienes publican los "datos" que emiten estas "consultoras", puesto que tienen que asegurarse, antes de publicarlos, que la fuente es fiable. Sino, serán simplemente lo que en realidad ya son: terroristas de la palabra.
Un ejemplo de esto último lo hemos visto estos días: al mismo tiempo que Clarín publicaba en su portada noticias aterradoras sobre el precio de la verdura, yo elegía entre distintas verdulerías en Benavídez, partido de Tigre, donde compraba dos kilos de tomates por 1,99, dos kilos de berenjenas por 1,99 (compramos 4 para hacer conserva), un kilo de morrones por 1,99 y así sucesivamente. Nada de Mercado Central: verdulerías comunes y corrientes. Por supuesto, vendrá el que diga "claro, pero compran en las quintas de ahí". Como si el Carrefour comprara los tomates en el sur de Alemania.
Y al mismo tiempo, tenía que ver casas para alquilar: las inmobiliarias, montadas en la "legitimidad" de los "índices" publicados por los medios , te proponen ajustes anuales de entre el 20 y el 25%.... ¡y cobrarte la comisión sobre los años de contrato ya ajustados! O sea, no sólo crear inflación aumentando los precios desde ya para dentro de uno y dos años, sino cobrarte AHORA por esa supuesta inflación. Y, como si esto fuera poco señoras y señores, año a año cobrarte además un aumento en el depósito, o sea, desconociendo que uno ahora les dio UN MES DE ALQUILER y tendrían que devolverte lo mismo, un mes de alquiler, cuando te vas. Y todo esto, producto del Phi esperado, esa espada flamígera blandida por las "consultoras" y sus multiplicadores mediáticos.
Que se vaya a fondo en este tema es crítico para derrotar a estos desestabilizadores crónicos;. En España hace unos años, un juez que dirimía otra cuestión -y que terminó encarcelando a los responsables- utilizó la figura maquinación para alterar el precio de las cosas. No estaría mal que esa figura se aplicara aquí.
Abajo volvemos a pegarles completo nuestro post, en el que investigamos a fondo esta historia. Los que no lo hayan leído, tómense un ratito si tienen ganas.
“Una verdad se inventa con suma precisión
y la labor inmensa de la imaginación.”
Juana Molina, La verdad
Cuesta mucho titular esta nota. ¿Inflación, un relato de suspenso? ¿Buenos Aires City, historia de una conspiración? ¿Otro golpe de mercado en marcha? ¿Estafa al pueblo argentino?
Esta nota es larga, muy larga. Pero no podía ser de otra manera; los personajes e instituciones implicados son muchos; las consecuencias de los hechos relatados, importantísimas, casi decisivas en la vida de millones de argentinos.
Por algún lado hay que empezar, así que…
Buenos Aires City se hizo conocida en los últimos años a través de su continua cita por parte de TN, canal 13 y demás medios del monopolio como fuente para establecer una “inflación real” frente a la “manipulada” por “el Indec de Moreno”.
Hace poco alguien descubrió que uno de los titulares de Buenos Aires, Nicolás Salvatore –el otro es Graciela Bevacqua, directora del INDEC hasta el momento de su intervención- , había publicado en su Facebook lo que sigue:
“Este gobierno termina con el mundial, es motivo de celebración. La inflación es un fuego santo, purificador, que incendiará a todo el kirchnerismo en la hoguera. Brindo por Phi (inflación esperada) esperado!! Y no sólo brindo, me voy a encargar, como todos los meses, de que Phi esperado sea alto, muy alto, recontra alto, como diría el finado Guido Di Tella”.
Este declaración tan poco ambigua fue visibilizada por 678, y tuvo como consecuencia que el monopolio hiciera desaparecer a Buenos Aires City como fuente explícita de indicadores "reales" de inflación para convertirse en el eufemístico “los privados”.
Pero ¿Qué es Buenos Aires City, qué son “los privados”?
Lo mejor es dejar que Buenos Aires City hable por sí misma (y ya que está, de "los privados"), a través de su presentación La Reconstrucción de la Serie de Inflación Minorista, El IPC City, por Graciela Bevacqua y Nicolás Salvatore, de febrero del 2009, que se publicó aquí como anexo en La Nación, o, si por esas cosas no pueden acceder, pueden leerlo aquí.
Se trata de una presentación “seria” , llena de tecnicismos, en las que trata simultáneamente de presentar el IPC City como el verdadero continuador del IPC –índice de inflación- del INDEC previo a la intervención,y demostrar la poca confiabilidad de los índices de las otras consultoras privadas y de los índices provinciales actuales.
Comencemos por la página 4, donde Buenos Aires City nos cuenta de por qué los índices de las consultoras privadas no son fiables:
“…Estas estimaciones carecen frecuentemente tanto de la necesaria rigurosidad científica como de las bondades estadísticas deseables.
Entre las principales debilidades de estos índices privados, se destacan:
a) la virtual ausencia de técnicos suficientemente experimentados en la confección de un IPC "muestral", técnicos que son un "activo" extremadamente escaso en Argentina, debido a históricas debilidades institucionales del INDEC vinculadas al procesamiento de la información oficial y a la formación de recursos humanos capacitados para ellos;
b) la ausencia de relevamientos "en campo" debidamente diseñados e implementados, limitándose en muchos casos las estimaciones privadas a muestras confeccionadas en base a datos primarios relevados vía Internet;
c) la ausencia de relevamientos de precios en los partidos del conurbano bonaerense, limitándose las muestras privadas a la Ciudad de Buenos Aires;
d) muestras estadísticamente mal conformadas: a diferencia del INDEC, que trabaja con una muestra poblacional suficientemente representativa (tanto como lo desee), las estimaciones privadas deben necesariamente realizarse en base a muestras "chicas"; por ello su (escasa) expertise en la conformación de la muestra se torna crítica a la hora de evaluar las bondades estadísticas de las estimaciones.”
Demoledor. Si recorremos la presentación, podrán ver que sólo una “privada” (y anónima) se salva; y su única virtud es que sus índices se parecen a los de Buenos Aires City.
Para complementar lo que dice Buenos Aires City, informémonos cuánto cuesta la recogida de datos para medición de precios. Consultamos para ello a una persona que dirigió durante años el trabajo de campo de una consultora muy conocida.
-Para hacernos una una idea aproximada ¿Cuánto puede costar un estudio de 1000 encuestas, con volcado y procesamiento de datos, análisis, informe, presentación?
-Y… unos 60. 000 pesos.
Pero esto es una vez=un mes.
Pero recordemos que los precios hay que tomarlos todos los meses.
60x12= 720.000 pesos al año.
¿Qué consultora puede permitirse hacer esto gratis, sólo para salir en la tele comparándose con el INDEC? Creemos que ninguna. ¿Entonces cómo lo hacen? ¿Lo inventan? En algunos casos es bastante probable, en otros, seguramente utilizan datos de estudios regulares que realizan para determinados clientes (lo que se llaman paneles), los cocinan un poco con lo que se pueda averiguar a través de internet, y ya está. Los datos de inflación que aportan pueden ser orientativos, pero no tienen validez estadística por las “debilidades” que señala correctamente Buenos Aires City en su presentación.
Veamos cómo dice que toma los datos Buenos Aires City:
“3. La muestra se conforma en base a datos relevados en Ciudad de Buenos Aires y partidos del GBA (representativos de los 24 partidos), correspondientes a aproximadamente 20.000 precios y 550 variedades. La canasta de bienes y servicios está diseñada en función de: a) la importancia relativa del porcentaje de gasto en la apertura del IPC, b) la factibilidad del seguimiento de estos bienes y servicios a lo largo del tiempo, y c) su nivel de consumo y permanencia en el mercado”
Como Buenos Aires City pretende demostrar a lo largo de su presentación que es el verdadero depositario de las bondades del INDEC hasta antes de su intervención, su muestra debe parecer rigurosa. Y lo parece: 20.000 precios y 550 variedades.
Pero para tomar 20.000 precios y 550 variedades hay que visitar cientos de puntos de venta, hipermercados, supermercados y verdulerías para las verduras –y hasta ferias si la compra de verduras en ellas es importante según la EPH (encuesta permanente de hogares)-, carnicerías, hiper y super para la carne, negocios de ropa, agencias de viaje, estaciones de servicio, florerías y puestos de la calle para las flores, o sea todo lo imaginable que se consuma y sea significativo dentro del gasto de los hogares. Además a esto hay que adicionarle gastos muy importantes en el hogar como lo son transporte, luz, gas, teléfono, seguros, alquileres. O sea, muchísimo trabajo, en el que tienen que trabajar decenas de personas, todos los días, todo el año. Por lo que podríamos inferir que nuestra hipótesis de 1000 encuestas mensuales no es descabellada, tal vez se quede incluso corta.
Pero la nuestra era sólo una hipótesis; una idea de algo con lo que pudiéramos comparar. Ahora veamos quiénes toman los precios para Buenos Aires City. Para ello vamos a las notas al pie de la presentación de su presentación, que son, como se verá a partir de ahora, el verdadero tesoro de la misma.
En la nota 1 se nos dice:
1 El desarrollo del IPC City está a cargo de Graciela Bevacqua; el trabajo de campo es llevado a cabo por un staff integrado por Hernán Muñoz y un nutrido grupo de estudiantes de la Licenciatura en Economía de la Universidad de Buenos Aires.
O sea que ¿un nutrido grupo de estudiantes es el que tomó los precios?
Nos preguntamos:
¿Cuántos son “un nutrido grupo de estudiantes”?
¿Cobraban?
Si cobraban ¿quién lo pagó? Recordemos que la UBA desmintió que Buenos Aires City sea un instituto de la UBA.
¿En el marco de qué proyecto lo hicieron/hacen? Recordemos que hay que hacer las tomas de precios todos los meses.
¿Son los mismos los que van? ¿O van más o menos yendo unos, después otros?
Los estudiantes, que se sepa, no van todo el año a la facultad, ni de lejos. ¿Qué pasa en las vacaciones? (4 meses, un tercio del año)
¿Quién hace la supervisión? ¿Sólo Hernán Muñoz? ¿Los propios estudiantes?
Estas preguntas no son intrascendentes, porque como dice la nota 8, “La escasez de recursos humanos es una variable sumamente crítica”. Por tanto resulta muy atrevido comparar los datos que pueden haber sido recogidos por el “nutrido grupo de estudiantes” con los que toman los muy experimentados entrevistadores del INDEC, con –además- un sistema de supervisión altamente exigente. En palabras de Ana María Edwin, la directora actual del INDEC, respondiendo a las interesadas críticas al censo antes de que fuera hacerse …"tal vez tienen demasiado escritorio encima y poco barro en las suelas". Efectivamente, hay que tener mucho barro en las suelas para hacer el trabajo de campo para medir la inflación. No parece que el nutrido grupo de estudiantes lo pueda tener.
Para realizar una toma de datos para una medición de inflación hay que tener muchos recursos técnicos, humanos y económicos, como vimos en nuestra hipótesis de costo. ¿Los tienen las consultoras privadas, los tiene Buenos Aires City?
Pero supongamos que los datos que obtiene Buenos Aires City, con su nutrido grupo de estudiantes, sean correctos. Es altamente improbable, pero démosle el beneficio de la duda. ¿Cómo los procesa, cómo los aplica, cómo los interpreta?
Nos lo cuenta Buenos Aires City en la sección III, en la página 5
“El desarrollo del IPC City se basa en los siguientes pilares metodológicos:
Su marco conceptual está delimitado por: a) las recomendaciones del Manual del IPC de la OIT (2004), b) la metodologia vigente hasta diciembre de 2006 en la confección del IPC_GBA11 y c) las mejores prácticas internacionales referidas al relevamiento y procesamiento periódico de nueva información.”
Suena bien lo de a)Manual de IPC de la OIT, y lo de c) las mejores prácticas... eso es insuperable.
Entremedias tenemos:
“ b)la metodología vigente hasta diciembre del 2006,”
O sea, hasta la intervención del INDEC; una vez más se confirmaría la hipótesis de que Buenos Aires City es el legítimo continuador de esa época dorada del INDEC, es decir hasta diciembre del 2006, cuando éste era dirigido por Graciela Bevacqua, quien es la otra firmante de la presentación.
¿Y cuál la metodología que estaba vigente? Hay un diminuto 11 que nos dirige a la nota al pie:
“11 IPC del Gran Buenos Aires, Metodología N° 13, Agosto de 2001.”
Por tanto, Buenos Aires City aplica para la confección de su índice la Metodología Nº 13, que era la utilizada por el Indec hasta el momento de su intervención.
Dejemos que nos hable de la Metodología Nº 13 el señor Ricardo Natalucci, ex trabajador del Indec y editor del sitio www.indec.com.ar:
…“Esa última metodología que hicieron los delincuentes estadísticos se llama “Metodología 13””… “toman en cuenta 800 artículos y servicios, pero por más que usted los busque verá que más de la mitad de esos artículos y servicios no aparecen publicados en la metodología, porque Luis Beccaria, Jacob Ryten, Juan Carlos del Bello, Víctor Beker, Graciela Bevacqua y sus cómplices los mantuvieron en secreto. De esta manera podían computar o no computar cada mes los artículos y servicios que quisieran y así alterar el IPC según sus conveniencias momentáneas, para favorecer a un gobierno con índices más bajos o para perjudicarlo con índices más altos, e inclusive para hacer negocios turbios asociándose con las consultoras y con intereses especulativos de manera de que el pueblo argentino tuviera que pagar mayores intereses por la deuda externa de acuerdo a lo que decidiera esa corporación que manejaba al INDEC.”
Mmm…
1)… “alterar el IPC según sus conveniencias momentáneas, para favorecer a un gobierno con índices más bajos o para perjudicarlo con índices más altos”…
¿Y esto, qué significa? La conducta general hasta el momento ha sido dejar esto en genérico, un sobreentendido; algo así como que un índice de inflación más alto habla mal de un Gobierno, uno bajo habla bien. Se dice claro que la plata no alcanza, que es un impuesto a los pobres…
Las consecuencias en la realidad son mucho más complejas. Expliquemos con un ejemplo vivido en carne propia. Por diversas circunstancias familiares y profesionales, desde el 2007 hasta ahora participamos en la negociación de los alquileres de varias propiedades. En TODOS LOS CASOS, lo que alquilamos y lo que no, en los contratos había una cláusula de ajuste anual del 20 o 25%. Siempre la explicación fue la misma: el Indec miente, la inflación es ésta, la que dice TN. Reaccionábamos: ¿Usted se da cuenta que con eso Usted asegura qu e la inflación anual en alquileres sea de entre el 20 y 25% durante los próximos tres años? Sonrisa socarrona: Lo tomas o lo dejas.
Veamos la secuencia: alquilo un local comercial, un galpón para una fábrica en el 2007, en el 2008 me aumenta el alquiler un 25% que ya estaba predeterminado de antes, igual ocurre en el 2009, tengo que aumentar los precios. Y así comienza la cadena. Y sólo hablamos de los alquileres.
Esto es lo que genera el Phi esperado (la inflación esperada)
Y entonces podemos entender mejor que es lo que se dice en realidad en el último párrafo de la presentación “seria” de Buenos Aires City:
“En síntesis, el IPC City pretende constituirse en un valioso aporte a la sociedad, no sólo colaborando con el gobierno para que mejore sus diagnósticos macroeconómicos (sic), sino también contribuyendo para que el conjunto de agentes económicos mejore el proceso de formación de expectativas sobre sus planes futuros.”
Traducido en versión Facebook de Buenos Aires City:
“Me voy a encargar de que el Phi esperado sea alto, muy alto, recontra alto…”
Desestabilizar a través de generación de inflación, una vieja costumbre de los poderes económicos de este país.
Como bonus-track de esta parte del relato apreciemos como, en el Ejemplo 5 de la página 11 - justo antes del párrafo que cierra la presentación-, habla el inconsciente de Buenos Aires City sobre su verdadera intención en la creación de expectativas:
“¿Cuál será el escenario que deberá afrontar la politica macroeconómica en 2009/2010: sólo una recesión con baja inflación, una recesión deflacionaria, o un escenario de estanflación?”
Muy diáfano: ninguna de las tres alternativas contemplaba la posiblidad de crecimiento -con o sin inflación- para el perído 2009-2010, las alternativas van de la recesión con deflación al escenario más temido: la estanflación (recesión con alta inflación).
Terrorismo económico: un concepto adecuado para denominar las “buenas prácticas” de Buenos Aires City.
Hasta el momento hemos tratado sobre los actores emergentes de la intervención del INDEC; Buenos Aires City, los “privados”.
Pasemos ahora a intentar desentrañar la trama oculta de esta historia, la que desemboca en la intervención del INDEC y en sus consecuencias.
Para ello nos sirve como introducción otro aspecto que relata Ricardo Natalucci sobre la Metodología 13, aplicada por el Indec hasta el momento de su intervención.
2)…” alterar el IPC”…“para hacer negocios turbios asociándose con las consultoras y con intereses especulativos de manera de que el pueblo argentino tuviera que pagar mayores intereses por la deuda externa”…
En general, cuando se trata el tema de la intervención del Indec, se sobrevuela el ahorro que pudiera haberse obtenido en la baja de los intereses que se pagan en los bonos de deuda que se ajustan por el CER. Se deja traslucir que este ahorro sería mínimo frente a los perjuicios producidos en la imagen del Indec y del Gobierno con la intervención y sus “maneras”. Y esta actitud es general: muchos periodistas más afines al Gobierno en otros temas comparten esta visión. Consideramos que en este contexto resulta imprescindible dar a conocer las cifras implicadas; la dimensión de las mismas explican la intervención del Indec, y aún mucho más la furibunda reacción de los poderes económicos a través de sus portavoces mediáticos. Porque recordemos que los intereses que dejaron de pagarse, dejaron de percibirlo dichos poderes económicos, los tenedores de bonos de deuda ajustados por el CER.
Hagámonos una idea de qué cantidades estamos hablando, a ver si realmente esto es así, si el ahorro era mínimo frente a la ¨pérdida de credibilidad”:
Para ello recurramos a los propios portavoces de los poderes económicos. Veamos esta nota de La Nación de marzo del 2007, donde se nos informa que:
“El stock de la deuda pública emitida en pesos pero con ajuste de capital por el coeficiente CER creado tras la última crisis (un índice que replica al IPC) alcanza los US$ 54.349 millones y representa el 41,9% del total de US$ 129.604 millones contabilizados en el pasivo del sector público nacional, según los datos al 30 de septiembre de 2006 (los últimos oficiales disponibles)”
Y que por tanto:
(Por la intervención del Indec)… “El Gobierno podría llegar a ahorrarse este año (2007) hasta 3.724,5 millones de dólares”.
Para que nos hagamos una idea de lo que significa esa cifra, comparémosla con otras conocidas. Por ejemplo:
Exportaciones de carne argentina del 2009: 2.335 millones de dólares
Impacto fiscal de la Asignación Universal por Hijo (AUH) al año: 2.150 millones de dólares
¡Los intereses que se presumía que se ahorrarían en el 2007 son un 70% más que toda la carne exportada en un año, un 75% más que la AUH en un año!
La verdad es que resulta extraordinario que el Gobierno –el Estado, sus ciudadanos-ahorraran 3.700 millones de dólares al año.
Y no resulta sorprendente la virulencia de los grupos económicos a través de sus portavoces a la hora de descalificar lo actuado.
Sigamos leyendo, podremos conocer más sobre los mecanismos utilizados:
“A esta conclusión arribó un ejercicio de la consultora Economía y Regiones al que tuvo acceso LA NACION y que parte de suponer una variación del IPC oficial del 10% para el año en curso y contraponerlo con un alza proyectada del 15% en igual lapso del "IPC libre", un indicador compuesto por los bienes y servicios cuyos precios responden a las leyes de oferta y demanda de mercado y representa el 41% de la canasta medida por el IPC y al que adopta como medida de la "inflación real".”
Repasemos el texto: alza proyectada del 15%. …(y que) el ejercicio de la consultora… adopta como medida de la “inflación real”
La “inflación real”. Como dice la nota, “el alza proyectada”.
¿Y qué es el “alza proyectada” sino el Phi esperado del que habla Nicolás Salvatore? ¿No será lo que estaba ya predeterminado, aplicando la Metodología Nº13, y que la intervención del INDEC frustró?
Lo proyectado, la medida de sus deseos: 15%. Y resulta que “Por la intervención del Indec” el alza fue del 10%. Ese 5% que va del 10% al 15%, y que son más menos 3.700 millones de dólares que se hubieran pagado de más de intereses, recursos que hubieran pasado del Estado a los tenedores de bonos, AFJP y fondos de inversión, muchos de ellos nacionales. Al año.
Pero tengamos en cuenta que eso se escribió en marzo del 2007; en una nota actual de El Cronista, se dice que “por la manipulación del índice” el ahorro hasta fin del 2009 se cifra en $ 85.995 millones, equivalentes al 8,9% del PBI. (aproximadamente 22.000 millones de dólares), entre las deudas del Estado Nacional y las provinciales.
Y se afirma: “si se hubiese empleado un coeficiente que refleje el real ajuste de precios desde 2007, la deuda equivaldría a”… Y se dice “real ajuste de precios” así nomás, sin dar ningún fundamento, ningún índice alternativo, ninguna fuente. Así nomás.
El real ajuste de precios, la inflación real, el alza proyectada, el Phi esperado. Hipnopedia: “Método de manipulación a base de la repetición de determinadas opiniones a modo de frases cortas" (Aldous Huxley. Un Mundo feliz). De eso se trata. Se ha inoculado en la opinión pública y hasta en los comunicadores más insospechados la idea de que la intervención del Indec es un asunto rayano en lo moral, y no se profundiza en el hecho de que de lo que se trataba –probablemente la justicia alguna vez lo determinará- era de que “una banda de forajidos”, en palabras de Aníbal Fernández, “esa corporación que manejaba al INDEC”, en palabras de Natalucci, favorecían la consumación de un nuevo saqueo. Y que en el momento que esto fue descubierto, comenzó la repetición –hipnopedia- de que el Indec manipula los índices, el Indec miente, el Indek. Y Moreno.
Moreno: el tipo pone la pistola sobre la mesa, da puñetazos sobre los escritorios, obliga a las empresas a anular aumentos de precios. Entró en el Indec y obligó a cambiar los índices.
Sin embargo, con todo lo que se ha dicho, jamás se atrevieron a decir que fuera corrupto. Con lo que dijeron y dicen de todo el mundo.
Pienso que si Moreno las falsifica, y es un asalariado, o sea, su bolsillo no se ve afectado porque no es corrupto, lo hace para que el pueblo argentino pague de su bolsillo menos deuda.
Un héroe entonces.
Pero un héroe lento: lo hace en el 2007, dos años después del canje de deuda, o sea, unos miles de millones tarde. Qué raro. No se le habia ocurrido antes, ni a él, ni a sus diabólicos jefes.
Pero esa versión no me la creo.
Ahora voy a hablar de lo que creo.
Creo realmente que la Metodología Nª 13 fue utilizada para pagar los mayores intereses posibles, que se trataba de una herramienta para consumar un nuevo saqueo a través de la brecha que ofrecían los bonos de deuda ajustados por el CER. Gran parte de esos bonos estaban en manos de tenedores nacionales.
Creo que la manipulación y tergiversación de datos son anteriores a la intervención y forman parte de los mismos métodos de “ingeniería financiera” que utilizaron las agencias y fondos de inversión globales para llevar a cabo sus saqueos globales. Los casos de Madoff, Goldman Sachs, Lehman Brothers, y quienes a través de la tergiversación de datos los favorecieron como las agencias de calificación homologadas como Moody’s y Standard & Poors son los ejemplos globales de lo que hacía la “corporación” que manejó el Indec hasta el 2006.
Creo que cuando esto se descubrió se intervino, y que esto tuvo enormes consecuencias positivas para los argentinos en general, al punto de que resulta bastante verosímil pensar que NO HABRÍA AUH (Asignación Universal por Hijo) DE NO HABERSE INTERVENIDO EL INDEC.
Creo que no había muchas otras maneras mejores de hacerlo, no existe –ni aquí ni en ninguna parte- un gran stock de técnicos especializados en estadísticas públicas como para reemplazar inmediatamente a esa “corporación” que manejaba al Indec desde hacía años como un coto privado. Creo que había un incendio –ese que sigue prometiendo Nicolas Salvatore desde su Facebook- y se apagó como se pudo. Medidas de emergencia frente a una situación de la que se desconocía casi todo, en gran parte por la vocación oscurantista de quienes manejaron el Indec durante años.
Creo que la intervención del Indec marcó el comienzo de la guerra que los grandes grupos económicos y sus portavoces mediáticos llevan a cabo contra el Gobierno; tomaron conciencia de que esto iba en serio y de que no iba a seguir permitiéndose el saqueo previsto con el “alza proyectada”.
Creo que el conflicto por la 125 fue fogoneado por los medios por este mismo motivo, al punto de que durante la primera conferencia de prensa que diera CFK de su mandato, en pleno lockout, una de las dos preguntas que formuló Atilio Bleta, periodista de Clarín, fue qué pensaba hacer el Gobierno respecto de las “desprolijidades” del Indec, formulación impertinente a la cual la presidenta naturalmente no contestó. Pero dejó traslucir qué era lo que realmente le interesaba al monopolio.
Creo que hasta ahora nadie ha demostrado que el Indec mienta. Lo que se sabe es que se cambió la metodología de elaboración de índices, y esto puede ser opinable, pero no condenado, puesto que la metodología que se abandonó se aplicaba desde agosto del 2001. Por tanto no sólo podía sino que debía ser cambiada, a la luz de los profundos cambios que sufrió esta sociedad y el mundo en general en estos casi 10 años.
Creo que la instalación por parte de los medios de Buenos Aires City y “los privados” como los portavoces de la “inflación real” tuvo y tiene un triple objetivo: En primer lugar, a través de sus proyecciones de inflación para el año –el Phi esperado- dar “legitimidad” al aumento ilimitado de la rentabilidad empresarial; en segundo desestabilizar a este Gobierno con una alta inflación, (ahora el Phi esperado es de un 35, 40% anual: “el fuego purificador que expulsará a los bárbaros” citando a Buenos Aires City versión Facebook); y en tercero tratar de homologar a Buenos Aires City y otras “privadas” como agencias de calificación al estilo de las arriba mencionadas Moody’s y Standard & Poors.
Creo que la justicia debe intervenir no sólo en la investigación de cómo elabora sus índices el Indec –sin haber encontrado hasta ahora nada que indique su manipulación- sino también cómo los diseñan las consultoras privadas, puesto que estos tienen tanta o más visibilidad e impacto en la opinión pública en la generación de expectativas que los del INDEC, gracias a la chapa de “fiabilidad” que le otorgan los medios mayoritarios. Y que esto tiene enormes consecuencias sobre la vida de todos los argentinos, como lo demostramos con el ejemplo de las cláusulas de actualización de los alquileres.
Y creo que estamos a las puertas de uno de los escenarios más peligrosos, que es la posibilidad de que el Indec pase a depender de (este) Congreso, o aun peor: que sea autónomo. Que el Indec sea autónomo sería casi tan grave como si lo fuera la policía. Se puede y debe exigir que sea lo más objetivo posible; pero que fuera “autónomo” lo dejaría inerme antes las presiones de los poderes económicos, pasando directamente a ser un apéndice de los mismos, como lo es el Banco Central Europeo (gran culpable de la crisis actual y de que ésta se vuelque en los ciudadanos europeos), como lo fue el Banco Central de la Argentina hasta la llegada de Mercedes Marcó del Pont. Debe impedirse a toda costa, apelando incluso a la opinión pública, dando a conocer de una manera rigurosa y pormenorizada los hechos aquí descritos.
Creo que ahora es el momento de dar a este tema la importancia crítica que merece. Considero que la intervención del INDEC no es una “mancha” en la actuación positiva del Gobierno en otros terrenos, sino que por el contrario, es un escalón más en la lucha que en todos los frentes llevan a cabo los grupos monopólicos para mantener y aumentar sus privilegios a costa de todo el pueblo argentino.
Quiero hacer mención a las personas que a lo largo de estos años han venido denunciando estos hechos sin ningún eco mediático, como Ricardo Natalucci, como Derek, y muchos otros que pueden encontrar en la red. Ahora, gracias al trabajo que hacen programas como 6 7 8, que han puesto en evidencia a los hasta ahora invisibles intereses que motorizan estas operaciones mediáticas, y a la Ley de Medios que supimos conseguir, su búsqueda recobra todo su sentido; ahora podemos soñar con enfrentarlas en mayor igualdad de condiciones.
Que así sea.
Yo me pregunto quien puede creerle mas a una emprea privada que al estado argentino ?
ResponderEliminarRealmente me llama la atencion esa forma de oensar , digamos que el Indec no fuese creible , ok , pero menos aun seria creible algo que haga una entidad privada prque su objetio es maximizar la renta que obtiene .
Desde el estado es único lugar desde donde se puede defender el interes de la poblacion nunca desde nada que sea privado
Un abrazo
muy bueno haber seguido el tema con lo que fue tal vez la mejor nota de este blog. Aparte, ¿dónde está esa verdulería? por Constitución deben estar guiándose por el gran diario argentino ya que frutas y verduras tienen precios de exportación (debe ser por lo exclusivo del barrio).
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