Sino no se entiende. Y si no se entiende... es que no es, diría don Occam con otras palabras.
A ver, alguna pista tenía; esa manía de guiñar el ojo cuando dice algo extremadamente grave. En la película Yo Robot, hacia el minuto 27, el policía (Will Smith) le guiña el ojo a un compañero delante del robot inculpado que está aprendiendo dotes de humanidad. Inquiere el robot a Will Smith sobre el significado de esta señal -guiñar el ojo- y Will Smith le dice "confianza", cosa que entre nos, no explica nada; el guionista no se mató en esta parte de los diálogos. Pero la realidad es que el robot lo aprende como es; es decir, hacia el final de la película, el robot guiña el ojo a Will Smith para ponerlo al tanto de que está diciendo una mentira.
Pensé en un momento que todo se trata de un desengaño amoroso; la gorda amaba al flaco y por despecho hacía y hace lo que hace. De hecho se le escapan de vez en cuando cosas como "yo la quiero a Cristina", etc. De vez en cuando me viene aún esa absurda idea a la cabeza.
Otra es que es una agente kirchnerista infiltrada en la oposición. La verdad es que si es así, con bastante éxito; ella se ocupó de reventar sus propios espacios cada vez que pudo, incluso sin explicación a veces -como cuando dejó el ARI- y podría decirse que con su abandono del Frente Cívico y Social inauguró la atomización de la oposición cuyo último capítulo es la bajada de Caamaño la golpeadora de la fórmula duhaldista. O haciendo una defensa de Clarín tan centrada en sus peores aspectos -apropiación, Papel Prensa- que sólo puede provocar rechazo, cosa que consigue plenamente.
Pero esta teoría se descarta por un dato fundamental: eso implicaría una complicidad de Cristina en este asunto, o sea, una cierta dosis de maldad que, qué quiere que le diga, para mí está absolutamente ausente en Cristina y Néstor, personas muy inteligentes, decididas, con carácter frontal y algo endemoniado a veces, pero -estoy segurísimo-extremadamente buenas personas.
La clave la encontré en "El cementerio de Praga"; última novela de Umberto Eco. Allí me topé con un personaje, Leo Taxil, quien, como aclara Eco al final de la novela, fue un personaje real. ¿Y quién era Leo Taxil? Un señor masón, quien hacia fines del diecinueve publicaba libros anticlericales; al cabo de unos años abjuró de la masonería y se dedicó durante más de una década a publicar libros en los cuales describía con pelos y señales -y con gran regocijo por parte de la Iglesia- los ritos satánicos y la adoración del diablo que supuestamente practicaba la masonería, alcanzando la culminación con su "obra magna" de 1895 "El diablo en el siglo XIX". Empapelaba a todo el mundo, políticos, periodistas, escritores, etc.
Hacia 1897 organizó un gran acto en un teatro, en el que iba a a hacer una gran revelación. Se juntó un montón de gente, obispos entre ellos. Y la gran revelación fue que... todo había sido una gigantesca broma. Que se había inventado todo, ritos, personajes, acusaciones, satanismo, todo, y que en realidad, él seguía siendo masón. Una parte del teatro quería matarlo, la otra se moría de la risa.
Hay que estar atento a Carrió; a ver cuando hace su gran convocatoria. Cuando confesará. Estamos impacientes.
RH
Jaja. Muy bueno.
ResponderEliminarBueno, vos sabés que me lo inspiraste... Igual, acabo de verla con llambias y me quedé corto...
ResponderEliminarAbrazo
Fue Guillermo de occam el que dijo que el exceso no existe sin necesidad?
ResponderEliminarJ: sólo sé de la navaja; y, casualmente (o no) que el personaje de Eco Guillermo de Baskerville estaba inspirado en él. Igual, eso que mencionás es el colmo del sentido común, y lamentablemente no se enuncia nunca. Y el enunciado podría completarse con (y) "para cada necesidad hay un derecho". ¡Una navaja peronista!
ResponderEliminarAbrazo
Rick está genial! lo llevo a mi fcbk
ResponderEliminar'flatus vocis' de carrió diría un nominalista ; )
ResponderEliminarLa verdad Angeles, no estoy muy puesto en filosofía, una carencia. Pero flatus vocis me recordó a algo que olvidé poner, que recordaba del nombre de la rosa y que se puede aplicar perfectamente a la gorda: "Tum podex carmen extulit horridilum"
ResponderEliminarBesos
Buenísimo.
ResponderEliminarSe me ocurrió también a veces que la Pitonisa sería una quinta columna, pero lo descarté por lo mismo que decís. Aunque, no podemos negarlo: cada vez que aparece Carrió, ayuda al oficialismo, je.
Me parece que para convocar y reconocer la estafa, le falta una pizca de algo. Grandeza, humildad o no creerse lo que dice.
De todas maneras algo es seguro: Carrió es una vocera del establishment y dice lo que muchos, antes, no podían decir. Ahora están todos carriotizados. Se ven lejísimos.
Abrazos.
Bueno, la verdad es que es imposible que se crea lo que dice, guiñando el ojo todo el tiempo. le faltaba terminar de hundir a Llambias...
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