jueves, 14 de junio de 2012

Slim y los holandeses



Uno mira como el tipo más rico del mundo compra una parte de YPF, y, de reojo, no hay manera de no ver cómo los países más ricos del mundo -Holanda entre ellos- sigue temblando y echándose a llorar porque un grupo de adolescentes irresponsables, ostentando el título de economistas de agencias de (des)calificación, los (des)califica.

Y a la vez, uno ve como el hombre más rico del mundo, llamado estrecho de apellido, paga 252 millones de euros por el 8% de una empresa petrolera que puede suminsitrar la energía para un territorio en el que habitan 40 millones de personas, y que eso es mucho menos que lo que una empresa que comunica y puede incomunicar como Telefónica compra -como mostrado anteriormente- a otra que simplemente, que a secas incomunica como el grupo Prisa por 444 millones de euros. Y que vale -a ver si sus escribientes, sus habladores, sus decidores se dan cuenta- lo que ellos escriban, lo que ellos hablen lo que ellos digan. que no es necesaria la genuflexia extrema de un Tenembaum descendiendo al infierno de la duda séptica para des-hablar, para des-escribir.

Los jóvenes risueños de Moody's, hundiendo en el terror a los otrora lustrosos holandeses, las, no-palabras que valen más que la energía de 40 millones. Qué raro es todo esto, y qué pronto se normalizará.

RH

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