En la ciudad, la producción ya no constituirá la fuente de sustento de las personas.
Se destruirá la vivienda familiar tradicional, quedando ésta, en zonas de la ciudad por nosotros sagazmente elegidas, sólo como recurso estilístico para el comercio con extranjeros nativos o naturalizados. Será reemplazada por horribles torres, que asomarán opresivamente por encima del horizonte de la ciudad.
En estas torres, las gentes de distintos estratos sociales se hacinarán y constituirán unidades defensivas unas contra otras.
Enemigos imaginarios sembrarán de pesadillas la vida de estas gentes, que vivirán su propia desgracia como un triunfo contra estos enemigos por nuestra iniciativa inventados
Y DIJO EL CAPITALISMO FINANCIERO:
Un día despertarán.
Pero ya todo será nuestro.
Se destruirá la vivienda familiar tradicional, quedando ésta, en zonas de la ciudad por nosotros sagazmente elegidas, sólo como recurso estilístico para el comercio con extranjeros nativos o naturalizados. Será reemplazada por horribles torres, que asomarán opresivamente por encima del horizonte de la ciudad.
En estas torres, las gentes de distintos estratos sociales se hacinarán y constituirán unidades defensivas unas contra otras.
Enemigos imaginarios sembrarán de pesadillas la vida de estas gentes, que vivirán su propia desgracia como un triunfo contra estos enemigos por nuestra iniciativa inventados
Y DIJO EL CAPITALISMO FINANCIERO:
Un día despertarán.
Pero ya todo será nuestro.
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