
Esta imagen es una captura del pantalla del Google sólo centrada en El Soberbio, Misiones. esto se repite a todo lo largo de nuestras "fronteras", en el puerto de San Lorenzo que es el puerto de ultramar para las exportaciones paraguayas, en Clorinda...Prueben escribir contrabando soja, o contrabando trigo en el Google y... "se nos eriza la piel, y faltan palabras".
Esto lleva años. Nunca entendí muy bien por qué no se le había prestado la suficiente atención, porque es para mí junto con el Megacanje el mayor robo a las arcas del Estado de su historia. Pienso que tal vez, al igual que en el tema Amia, quien debía llevar a cabo estas investigaciones sería la SIDE, y su responsable de aquellos años le habrá ido diciendo a sus superiores "estamos cerca de conseguir resultados, ahora... esto y aquello". Y sino, no sé.
Pego completo el texto de una sola nota, Lo que se describe ahí es extrapolable a todo el resto de "las fronteras". Entrecomillo fronteras porque ya no da para calificarlas así...
Publicado en el diario El Territorio de misiones el 20-9.-15
http://www.territoriodigital.com/notaimpresa.aspx?c=9316765316443293
"OPERAN EN LA COSTA DEL RÍO URUGUAY, DESDE COLONIA AURORA HASTA EL SOBERBIO
Contrabandistas usan prestanombres y alquilan chacras para traficar soja
Son bandas organizadas que, por medio de esa maniobra, cubren con un supuesto marco de legalidad cientos de toneladas del grano que transportan hasta la frontera y luego lo venden en Brasil con ganancias millonarias
Domingo 20 de septiembre de 2015 |
La frontera con Brasil, en la zona de El Soberbio, carece de controles y los contrabandistas llegan sin problemas a la costa del río Uruguay.
EL SOBERBIO. (ENVIADOS ESPECIALES). El contrabando de soja hacia Brasil no se detiene ni un momento en la frontera. Mueve millones a través de las organizaciones delictivas que operan en la zona costera del río Uruguay, quienes, a su vez, constantemente mutan sus modalidades para escapar de las fuerzas de seguridad.
La Justicia Federal, detectó en los últimos meses que los encargados de estas maniobras utilizan nombres de los colonos de esta localidad -algunos ya fallecidos- y sociedades fantasmas, para cubrirse con un supuesto manto legal al momento de transportar la oleaginosa hacia el municipio donde finalmente se acopia en galpones, preparados especialmente para ello y cerca del río, para luego, en canoas motorizadas, concretar el tráfico.
Muchos colonos se prestan para ello. Saben que son insolventes financieros pero igual se exponen y cobran entre diez y quince mil pesos por ello, aunque también alquilan sus chacras a valores mucho más altos, pero la mayoría de los agricultores se entera recién cuando están imputados en alguna causa por contrabando.
La compleja red, que posee arraigados tentáculos en ambos países, opera con mayor fuerza en la zona fronteriza que comprende El Soberbio y Colonia Aurora, con alrededor de 60 kilómetros de costas en los cuales los controles prácticamente no existen.
La investigación, según una fuente judicial, se inició a partir de la incautación, en los primeros meses de este año, de algunos camiones cargados con soja proveniente del centro del país, sobre la ruta provincial Costera Dos. El transporte parecía legal desde todo punto de vista, pero casualmente los remitos, cartas de porte y demás documentos necesarios para circular, estaban a nombres de pequeños agricultores que lejos estaban de poder pagar los 300 o 400 mil pesos de las cargas.
Ese detalle derivó en una causa penal que encendió definitivamente la alarma y los investigadores se ocuparon de desentrañar una maniobra relativamente nueva, que había sido advertida a fines del año pasado, cuando tres camiones con soja con documentación inválida fueron interceptados por la Dirección General de Rentas de Misiones (DGR), evadiendo los puestos de control fiscal y con destino a la frontera brasileña.
En la mira de la Justicia
En la mira judicial aparecieron los nombres de varios colonos, empresarios y transportistas de la zona Centro y hasta funcionarios de esta localidad -según mencionaron las fuentes- que hace no mucho tiempo fueron investigados por su presunta vinculación con una banda internacional de traficantes con ramificaciones en Chaco, Córdoba y Buenos Aires.
“La clave está en la diferencia del cambio. Productos como la soja, el cigarrillo o la marihuana, que son colocados en Brasil de manera ilegal, dejan ganancias diez veces más elevadas que acá, o sea que un cargamento que llegue a destino deja margen para que los contrabandistas puedan perder otras nueve veces, algo que nunca ocurre”, explicó un alto mando policial.
“Si la operación ilegal sale redonda, el negocio les cierra a todos y deja jugosas ganancias,” dijo la fuente, que a su vez dijo que el Estado “favorece este tipo de acciones, porque elevó el monto que determina si determinado hecho de contrabando es un delito o una simple infracción aduanera”
Explicó esta afirmación detallando que “antes, si el contrabando excedía los tres mil pesos ya era delito, por lo que el acusado era detenido, se le incautaba la mercadería, el auto, se le iniciaba una causa federal y hasta pagaba una multa. Eso lastimaba a las estructuras, pero ahora si no llega a 100 mil pesos, es considerada una infracción aduanera, por lo que el contrabandista se va a su casa y ese mismo día sigue operando”.
En relación a la soja, se vende directamente a los acopiadores brasileños, que la declaran en su país como producción propia y la exportan, aprovechando que no pagan retenciones. Los misioneros cobran precios inferiores al valor internacional, pero siempre les resulta conveniente porque al ser una venta informal, no deben declarar sus divisas y menos aún, cambiar sus dólares o reales a cotización oficial. El negocio entonces resulta redondo, puesto que terminado el paso de la mercadería, cuentan con dinero extranjero que introducen al país a valores vigentes del mercado paralelo, mucho más altos que los oficiales. “Toda la cadena de tráfico termina ganando y termina siendo una opción de vida que permite llevar un nivel óptimo en la colonia”, explicó la fuente investigativa.
Según los cálculos estimativos, por 50 toneladas de soja enviada ilegalmente a Brasil, las ganancias rondan los 60 mil pesos por encima de los valores en este país. Las estructuras de ambos lados están armadas para que los integrantes hagan el mínimo esfuerzo
Más allá de eso, los funcionarios que prestan connivencia con el delito también se llevan jugosas sumas por sobornos y, justamente, eso es parte de lo que se investiga, ya que se cree que existe una zona liberada para poder operar.
100.000 Pesos. Es el monto límite que separa un delito de contrabando de la infracción al Código Aduanero. Hasta hace un par de años, pasar de tres mil pesos era delito.
60.000 Pesos. Es la ganancia que le queda a los contrabandistas por cada 50 toneladas de soja que venden ilegalmente en toda la zona de Porto Soberbo, Brasil.
Sin Prefectura, el paso ilegal de mercaderías es incontrolable
EL SOBERBIO. El cerrado “portuñol” que distingue a los habitantes de esta zona, marca la estrecha relación que los une con los vecinos del otro lado del río Uruguay, límite natural entre dos países que comercian desde siempre, dentro y fuera del marco de la ley.
Los innumerables trillos que se divisan en ambas orillas son utilizados a diario por decenas de paseros y contrabandistas que transitan sin inconvenientes, sólo expectantes al valor del cambio entre el peso y el real que hace rentable el negocio de comerciar en la frontera.
Una fuente de la Aduana local fue contundente al afirmar que “el contrabando está naturalizado en El Soberbio por la simple razón de que constituye el principal ingreso de muchísimas de personas, que de lo contrario no tendrían trabajo y el Estado tendría que asistirlas”.
Incluso, en la idiosincrasia local, el “chivero” es alguien que ofrece sus servicios por una módica suma, ya sea para cruzar 20 litros de aceite, algún electrodoméstico, ropa, cigarrillos, armas o cualquier mercadería de estación que se le ocurra.
Así, en los negocios de uno y otro lado del río se consiguen las mismas marcas de pilas, gaseosas o mortadela, sin control sanitario, remitos ni factura.
Claro, el límite entre lo folclórico y el delito se pone difuso cuando el contrabando se realiza a gran escala o involucra al narcotráfico, lo que incluye a peligrosas bandas delictivas, su dinero sucio y sus balas.
“Pero el propio Estado fomenta la permeabilidad de la frontera, si no ¿cómo se explica que en El Soberbio no tengamos un destacamento de Prefectura con jurisdicción sobre el río? Están Gendarmería y Policía, pero ellos no tienen poder ni recursos para patrullar el río, ni lanchas tienen ambas fuerzas de seguridad. Por ahí, desde la Aduana vemos una canoa llevando un freezer o un split, por ejemplo, pero no podemos hacer nada”, graficó un funcionario con varios años de experiencia.
Reconoció que los decomisos por Aduana son esporádicos, ya que la amplitud del río Uruguay ofrece innumerables opciones de paso entre Argentina y Brasil.
Canoas a remos y lanchas a motor transitan sin ningún tipo de restricción entre ambas márgenes. Los puntos más calientes se encuentran en las zonas más alejadas de la urbe, como en Paraje Monteagudo Alto y Bajo, Paraje Tararira, Paraje Agua de los Chanchos y en la amplia zona de Colonia Paraíso, uno de los pasos más ocupados.
“La frontera en este sector de la provincia es demasiado vulnerable. Son poco más de 90 kilómetros limítrofes con una veintena de gendarmes y no más de treinta policías. Para los delincuentes sólo una jornada de mucha mala suerte puede obstaculizarles cruzar el río”, reconoció la fuente.
Las precarias embarcaciones son también parte del paisaje cotidiano en la costanera de El Soberbio y pueden transportar comestibles o indumentaria; pero también drogas, armas y hasta ser vehículo para el tráfico de personas, aunque las autoridades conocen la situación y poco hacen para revertir la fragilidad de la frontera.
Limitaciones de las fuerzas y complicidad del poder de turno
EL SOBERBIO. El Territorio recorrió la amplia zona fronteriza que limita con Porto Soberbo y detectó que el contrabando, no solo de soja, está instalado como una modalidad de vida entre los habitantes, al punto que hay personas que se ocupan exclusivamente de eso.
Los senderos que se utilizan para traspasar productos, armas y droga, están a la vista de todos e incluso, a pocos metros de la Aduana, hay caminos liberados por donde la mercadería pasa sin control. Los remeros ya no se esconden en zonas alejadas y a corta distancia unos de otros, se turnan para transportar en sus precarias embarcaciones lo que sea posible.
“Los gendarmes tienen miedo o no se quieren meter, ellos saben la realidad de la frontera. En la Aduana te dicen que no se puede pasar nada, pero a la par de la balsa las canoas hacen hasta veinte viajes por día”, describió un comerciante.
La dificultad de los controles es evidente, por la distancia y por la cantidad de efectivos que se necesitan. Los guardias de la frontera solo advirtieron la imposibilidad que tienen para intervenir dado que son pocos y con limitaciones sobre el río.
Complicidad del poder
Para muchos, es muy clara la connivencia entre contrabandistas y autoridades. Sino, ¿cómo se explica esta realidad?
Refuerza esa teoría un hecho ocurrido a mediados de agosto del año pasado, cuando varias autoridades políticas del pueblo se vieron involucradas directa e indirectamente a un millonario contrabando de soja que resultó frustrado por la Afip.
En esa oportunidad, habían sido detenidas cinco personas en el paraje Monteagudo, en cercanías de la costa del río Uruguay. Se incautó un camión con 420 bolsas de 50 kilogramos cada una, como también otras 580 de similares características, que estaban listas para ser llevadas a Brasil.
Uno de los acusados resultó ser sobrino de un concejal afín al ex intendente Alberto “Coleco” Krysvzuk, quien se hizo cargo y hasta ofreció dinero para evitar el secuestro del producto.
En ese hecho también se vio salpicado Krysvzuk, quien fue acusado de ocultar en un galpón de su propiedad (conocido como “el quincho del tío Coleco”) cerca de 70 toneladas de soja en bolsas de fertilizantes. Después de eso, un jefe de la Comisaría fue desplazado por sus presuntos vínculos con una banda de contrabandistas."
Aquí terminó la nota del diario El Territorio.
Ahora bien, para transportar tanto hacen falta.... camiones. De golpe, Moyano en el 2012 se enojó y...
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-200758-2012-08-10.html
"“Los ruralistas se subieron a los camiones”, bromeó Moyano al recibir a Buzzi y su comitiva en la sede de la CGT. El camionero y sus aliados recibieron a Buzzi en Azopardo al 800 para concretar un diálogo que venían armando desde hace semanas, a partir de la profundización del perfil antagónico al Gobierno que encaró. “El gran punto de acuerdo es reclamar de manera conjunta por el mínimo no imponible”, destacó el dirigente de la Mesa de Enlace."
Invito a investigar,y sobre todo a reflexionar.El otro día, en mi cumpleaños, con mi amigo de toda la vida Peronismo Por Opción en un momento de la charla que derivaba acerca de como este país se despeñaba al abismo voluntariamente casi cada cierto tiempo, nos preguntamos,
"¿Y si esto es así?"
Tal vez lo sea. Habría que ver entonces el "es" por el "está", a ver si cortamos con este ciclo de acumulación-depredación-destrucción.
Para eso hay que ENTENDER. Entender qué pasa por la cabeza y las tripas de estas personas, que como fieras se abalanzan sobre los recursos. Ver cómo llegar a algún tipo de convivencia para, no sé, que su codicia no redunde en la pobreza, la ruina de todos. Porque en el fondo, las ideas políticas y económicas hablan sencillamente de formas de organización para el flujo de los recursos. El problema no está en público o privado en sentido estricto. En un entorno cerrado daría lo mismo porque los recursos fluirían en este entorno. El problema está en cuando, como acá, cuando los recursos están en manos privadas no fluyen intra sociedad. SE VAN.
SIEMPRE.
Y no se trata de esa pelotudez extrema de ir a Davos a "atraer inversores". ¿Cómo vas a atraerlos si los multimillonarios recursos que hay acá SE VAN TODOS? ¿Adónde se cree que van? ¿A la luna? No, Se van ahí mismito, adonde ahora el dúo Macri Massa, dos caras de la misma moneda depredadora se van a hacer el teatro de los inversores. A PEDIR QUE NOS PRESTEN LA PLATA QUE NOS ROBARON. Y lo único que conseguirán es que vengan a hacer la bicicleta financiera. Y además NO HACE FALTA. La plata esa se genera acá. Acá debe quedar. Bueno, éste es un ejemplo que el mero cumplimiento de la ley serviría para que todo fuera diferente.
O sea, TODO PASA POR EL PODER JUDICIAL.
Ahí está todo.
Intentaré cerrar la boca por unos días. Pensar. Pensemos. está todo a la vista. Hay que mirar, sencillamente. Como Guillermo de Baskerville, en el Nombre de la Rosa, cuando no lo dejaban entrar en la Biblioteca; la rodeó, acompañado de su aprendiz Adso de Melk, y logró deducir su forma y contenido simplemente observándola y, al imaginar su interior, usar la razón.
Pensar.