Victimitomanía.
El tipo violenta su palabra -la de acompañar a un proyecto y a un gobierno- e inmediatamente -negándolo o afirmándolo- hace menciones a posibles actos de violencia contra su persona.
Al día siguiente de la votación de la 125 ya se permitió decir "No temo por mi seguridad, la verdad es que creo que no he hecho nada que merezca temer por mi seguridad o la de mi familia" .
Y para justificarse: "-No voy a poder caminar por la calle. Mi hija me dice que si lo hago no aparezca por Mendoza."
En esas circunstancias, el tipo apoyó a los que aplicando la violencia amedrentaron impunemente a un país entero, con amenazas de cerrar el Congreso incluidas.
Ahora él y sus cómplices dicen temer un atentado.
Siempre el mismo cuento.
Él se tomó la libertad de traicionar a un Gobierno que acababa de asumir, cuando tenía, chachamente, la opción de renunciar. Violentó su compromiso.
Y ahora quiere negarnos la posibilidad de exigir, por la palabra, en paz, esa renuncia.
Cobos es un intruso que debe de una vez por todas salir del lugar que ocupa en contra del mandato popular.
RH
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