Imagen: Guadalupe Lombardo/Página 12 |
En el reportaje que publica hoy P12 con motivo del estreno de su programa en Encuentro, Dolina pone en palabras lo que se está dando. Iba a resaltar alguna frase, pero la verdad, todo vale la pena.
Se está dando una lucha política y mediática tan áspera que cualquier cosa es usada como arma. Te tiran con lo que encuentran. Entonces, la menor torpeza, es aprovechada. Por suerte la oposición no deja una torpeza por cometer. Digo esto como si, además, fuera una discusión lógicamente admisible. Creo que el conflicto, desde el punto de vista razonable, ya no tiene sentido: está resuelto. No son dos posiciones filosóficas del mismo peso, que confrontan y que reciben argumentos sólidos cada 5 minutos de uno y otro lado. Desde el punto de vista estrictamente político y de pensamiento, la discusión no podría ni comenzar.
–El problema es que hay otras armas, que no son argumentativas, como el poder mediático, que tiene vital importancia.
–La manipulación, sin ir más lejos. Cada vez se miente con menor esfuerzo. Un mago, por lo menos, para engañarte, se esfuerza y se adiestra durante años para hacerte creer que un señor aparece desde la nada. Ha hecho un esfuerzo que lo dignifica. ¿Qué otra cosa es el arte sino una mentira dignificada por el esfuerzo y un juicio sobre la condición humana? Pero aquí no hay esfuerzo: cuando alguien te miente de un modo tan descarado, repitiendo que no hay ninguna estatua, cuando uno la está viendo y tocando, es porque no respetan a nadie. Es una metodología demencial que no tiene que ver con la razón ni el esfuerzo ni el ardid de los engañadores profesionales: eso ya es faltarte el respeto. Cuanto más estúpida es la mentira, menos te respetan.
–El problema es que hay otras armas, que no son argumentativas, como el poder mediático, que tiene vital importancia.
–La manipulación, sin ir más lejos. Cada vez se miente con menor esfuerzo. Un mago, por lo menos, para engañarte, se esfuerza y se adiestra durante años para hacerte creer que un señor aparece desde la nada. Ha hecho un esfuerzo que lo dignifica. ¿Qué otra cosa es el arte sino una mentira dignificada por el esfuerzo y un juicio sobre la condición humana? Pero aquí no hay esfuerzo: cuando alguien te miente de un modo tan descarado, repitiendo que no hay ninguna estatua, cuando uno la está viendo y tocando, es porque no respetan a nadie. Es una metodología demencial que no tiene que ver con la razón ni el esfuerzo ni el ardid de los engañadores profesionales: eso ya es faltarte el respeto. Cuanto más estúpida es la mentira, menos te respetan.
–¿Pero eso no descubre la falta de argumentos para discutir ideas?
–La discusión, desde el punto de vista argumentativo, se acabó. ¿Qué se está discutiendo? No se discute seriamente sobre el alcance del Estado, o acerca de la redistribución de la riqueza, o sobre la política exterior que queremos... No escucho objeciones serias y generales sobre esas políticas, sino exabruptos sobre casos aislados que expanden como si fueran catastróficos, como el caso de la valija. Sería interesante que se vuelva a discutir sobre política. Este gobierno es inédito porque, les guste o no, tiene una idea sobre qué Estado quiere representar. Este es un momento interesantísimo. Estamos a la puerta de una elección en la que se deciden cosas. Argentina no es Estados Unidos, donde el modelo de país está elegido: ni los demócratas van a dar un sesgo conservador violentísimo, ni los republicanos se van a volver progresistas de golpe. Son administradores de un modelo.
–En la actualidad da la sensación de que los jóvenes discuten más sobre política que los mismos políticos, e incluso que muchos periodistas, más preocupados por la coyuntura mediática diaria.
–El interés de los jóvenes por la política es una de las cosas más milagrosas de estos años. Todavía recuerdo la ola de muchachos que se iban del país, que tenían una respuesta autorreferencial ante preguntas políticas. Había una preocupación individual, no colectiva. Y lo peor es que todos creían que hablar de su destino individual era hablar de política. Y yo creo que una de las cosas más nobles de la política es que se habla de las cosas de todos. La política es noble. Claro que hay políticos corruptos. ¿O acaso no hay empresarios corruptos? Hoy se habla con pasión de un modelo político en las fiestas y en las colas del colectivo. Esos chicos hace 10 años no existían.
A partir de esta noche entonces, todos los martes a las 23, dirigido por Campanella, "Recordando a Alejandro Molina". A no perdérselo.
RH
Dolina es uno de los intelectuales que más necesitamos. Se mostró realmente en estos años, al diferenciarse de tilingos como Lanata o Pinti.
ResponderEliminarCompa Dolina!!! Aguante!!!
digamos que Dolina es un fiel heredero de Discepolo o Juauretche. Vamos a ver ese programa
ResponderEliminarClarísimo y muy sintético, Dolina.
ResponderEliminarMe encantó esta frase: "¿Qué otra cosa es el arte sino una mentira dignificada por el esfuerzo y un juicio sobre la condición humana?".
Abrazos.
A mi también me encantó, tocayo. Bellamente lúcida, diría.
ResponderEliminarAbrazo
Muy bueno!!
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