sábado, 9 de julio de 2011

NO DIGO QUE GANAMOS

Pero...

A ver. Veamos el cuadro de las proyecciones de las distintas consultoras:


Hay algo que salta a la vista a la primera, que es la enorme dispersión entre los resultados de las encuestas; hay siete puntos ¡siete! entre la que más le da a Macri y la que menos; e igual para Filmus.

Intentemos entender cómo ocurre esto. Uno estaría tentado a pensar que una parte de las consultoras se inventa los datos, pero supongamos que no. Que todos los trabajos de campo -la recogida de la información bruta- están hechos correctamente. Dando esto por hecho, al hacer encuestas -puerta a puerta, telefónicas, etc- existe un porcentaje muy alto de personas que no están en sus casas o no atienden el teléfono, otro porcentaje muy alto de personas de personas indecisas de verdad, otro porcentaje de personas indecisas de mentira, es decir, que ya tienen decidido a quién van a votar pero no lo dicen por las razones que fuera (veremos algunas posibilidades) personas que lisa y llanamente dicen otra cosa que la que realmente van a hacer conscientemente (que son muchas menos de lo que habitualmente se cree), y finalmente los que a último momento cambian de opinión y votan a otra alternativa de la que habían expresado en le encuesta.

Los analistas de las consultoras deben tener entonces imaginar que es lo que van a hacer los grupos de personas descritos en el párrafo anterior. Para ello se aplican distintas técnicas, desde proyectar el voto recordado en elecciones anteriores hasta lisa y llanamente distribuir la proporción que se da entre quienes expresaron a quienes van a votar entre los que se declaran indecisos. Además, hay que tener en cuenta la cantidad de factores individuales de los consultores a la hora de hacer la proyección; desde las presiones de quien paga hasta las propias fobias y filias del analista.

Así que el primer escenario que nos encontramos es el de la normalización mediática de una anormalidad: la dispersión de los resultados que predicen las encuestas debiera poner en duda todo lo publicado.

Si uno además se toma el trabajo de sumar los porcentajes que se le atribuyen a las distintas opciones, llegará a la conclusión que ninguna llega a 100 ni de lejos. La tentación es decir -por ejemplo- es que "hay mucho voto en blanco", cosa que en las encuestas debería ser descartada, puesto que también lo es en el conteo en las elecciones (no figura en los porcentajes, sólo en el porcentaje de quienes fueron a votar, al igual que los votos anulados); tampoco puede ser atribuido a las opciones muy minoritarias, puesto que son insignificantes (las minotitarias ya están en los sondeos). La opción más sana a mi juicio es la elegida por Artemio López (Equis); si se suman los porcentajes; no llega al 80%; casi puede decirse que renuncia a proyectar a los indecisos y enuncia lo que en su muestra aparece como voto confirmado.

Ahora, pensemos en el votante porteño. Pensemos en la elecciones del 2007. ¿Cómo se llegaba? El progresismo porteño, arrasado por Cromañon. Y con el peronismo porteño arrasado albertofernándezmente. Clarín ya había declarado la guerra a Kirchner: había comenzado con el acontecimiento Blumberg, fogoneando la gran manifestación por la inseguridad. Y frente a eso, un Macri "moderado", "moderno", triunfador en Boca. La promesa de una gestión, un discurso conciliador frente al poder central. En ese escenario, Macri no puede no ganar. Y aún así, en ese escenario, en la segunda vuelta hubo un 40% que votó a Filmus, que es tanto como decir que jamás votarían a Macri.

Y después Clarín siguió con su crescendo continuo, desacreditando a Cristina en cada oportunidad. El arresto de Isabelita. La intervención del Indec. Y desemboca en el conflicto del campo, la locura clarinesca total. Un mundo de pesadilla. Y sigue, y sigue, y sigue hasta el 2009; el kirchnerismo ni se presenta en capital; lo de Heller sí que fue una candidatura testimonail

Volvamos a pensar en el votante porteño. Pensemos en que con ese crescendo delirante, al final de esas elecciones se encuentra de frente con una especie de tribuna poblada por prácticamente todos los protagonistas de la peor de sus pesadillas, el 2001. Duhalde, Rodríguez Saa, Morales, etc etc etc. Y al mismo tiempo, cuando gira la cabeza, en lugar de ver a una bipolar huyendo, ve la reestatización de las AFJP, ve la AUH, Fútbol para todos. Ve a miles y miles de personas manifestándose por la Ley de Medios. Y viene el Bicentenario. Y cuando Clarín le dice que no vaya al centro, va, puff, a ver qué pasa. Y pasa 6 días extraordinarios, se encuentra con otros votantes porteños incrédulos ante tanta armonía. Y algo hace clic, algo comienza a resquebrajarse.

Hay una cosa que suele obviarse: los votantes son personas. Qué quiero decir con esta archiobviedad: que están sometidas a una serie de estímulos externos, de época, mediáticos, etc. Hay a veces corrientes más o menos subterráneas -que lo son exclusivamente por interés o (des)interés mediático- que incluso, cuando de golpe se visibilizan, suelen ser explicadas erróneamente.Un ejemplo es el de las elecciones del 2004 en España, que tuvieron lugar dos días después de los atentados de Atocha. Siempre se dice que los atentados cambiaron el resultado de las elecciones; soslayándose siempre que en el 2003 hubo elecciones municipales en toda España y que en el total el PSOE sacó más votos que el PP. Por tanto, existía el precedente de apenas un año antes de que el PP no estaba arrasando; había perdido. Sin embargo, las encuestadoras se encerraron en que a priori era imposible que un Zapatero, recién llegado, le ganara al candidato de Aznar, supuestamente invencible. Los atentados lo taparon todo, pero lo cierto es que, un año antes, en unas elecciones en todo el territorio, el PSOE le había ganado al PP. Así que las encuestadoras la pifiaron ¿Atocha? puff, en parte, pero había una corriente subterránea de hartazgo que eclosionó.

Y me parece que estamos en una situación parecida. Creo que todos conocemos a alguien que votó a Macri en el 2007 y que no lo va a volver a votar. Creo que el nivel real del macrismo en capital está más cerca del 31% que sacó Micchetti en el 2009 que del 42% que le dan algunas consultoras. Creo que éstas, al publicar sus resultados -tan dispersos entre una y otra, pero coincidiendo en que Macri TIENE  que ser primero- hacen que muchos votantes de Filmus no digan que lo van a votar. Y no sólo eso; además, muchos de ellos insultaban a Cristina hasta que un día cayeron. Y eso tampoco es tan fácil de reconocer.

Pensemos en el votante porteño. Pensemos, que, según la consultora que sea, Cristina oscila entre el 38 y el 50% de intención de voto en capital. ¿Por qué una persona normal va a hacer la cuenta siguiente que es (poniendo la voz engolada), "no, yo quiero equilibrio de poderes, entonces voto a Macri en Capital y a Cristina en Nación"? ¿Vos lo harías? A mi me parece que no es tan así. Me parece que la gran mayoría de los potenciales votantes de Cristina van a votar a Filmus. La gente, por más porteños que sean, no está tan loca.

Suele decirse que el votante de capital es raro. Pero la verdad, es que, siendo el que estuvo a lo largo de décadas más expuesto a la locura clarinesca, es normal que su comportamiento electoral fuera errático.

No sé, estas reflexiones por ahi conducen a una conclusión completamente equivocada, y por ahi Macri el domingo saca el 42%. Pero no quería dejar de contar las cosas que a mí se me pasan por la cabeza, las cosas que veo. La verdad es que creo que la campaña fue lo mejor que pudo hacerse; lo que sea, ya está determinado por esas corrientes de las que hablaba arriba. No creo que hubiera podido hacerse otra cosa mucho mejor. Porque de lo que no somos tal vez conscientes es que llevamos en campaña desde hace años, y que, si el domingo o el 31 se gana, será por lo que trabajamos todos estos años, y sobre todo, por lo que hizo Cristina estos años que nos hizo tener esperanzas, salir a la calle, unirnos, ser felices, creer más que nunca. Y convencer a muchos, recuperar a muchos otros, amigos, familiares. Despertarlos. No creo que eso fuera en vano, por más que Batista y River se empeñen en ponernos dificultades.

Bueno, volvamos a lo científico. hay un 20% del que no sabemos qué va a votar el domingo.

Y yo creo que la mayoría serán nuestros.

RH

2 comentarios:

  1. Yo no puedo creer que Macri tenga tanta aceptación. Pero quiero agregar el Partido en Capital todavía no se reconstruyó y sobre la campaña me gustó lo de Burchstein en Página.Ojalá mañana los votantes acompañen a la única fórmula en serio, la de Filmus.

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  2. Ojalá el votante d CABA piense y bote la basura d 8 a 18hs....no tenemos porq los portenos tener semejante administrador!, saludos

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