domingo, 1 de abril de 2012

Tiempo de Malvinas

El del retrato es un nativo yagán, "comprado" por el valor de un botón de nácar en 1830 por la tripulación del HMS Beagle, al mando del joven teniente Robert Fitz Roy. La expedición tenía por objeto lde hacer mapas hidrográficos de toda la zona patagónica, para terminar descubriendo el canal que hoy conocemos como canal de Beagle. El joven "adquirido" fue bautizado como Jemmy Button, y, junto con otros tres nativos de la zona fueron llevados a Inglaterra para ser "educados" y poder devolverlos en un viaje posterior y de esta manera "civilizar" a los nativos de la zona.

El Beagle volvió a Inglaterra, los nativos fueron "educados", y después de varias idas y venidas -el Beagle llegó a ser desmantelado- finalmente se gestó una nueva expedición para seguir relevando la costa de Sudamérica y seguir haciendo trabajos de hidrografía. El Beagle fue reequipado y mejorado, y Fitz Roy fue nombrado su capitán. Necesitaba a alguien que fuera su naturalista, y, después de una ardua selección eligió a un pibe con diversas inquietudes llamado Charles Darwin. Partieron el 27 de diciembre de 1831, anduvieron dando vueltas por Brasil haciendo mapas de costas, mareas, etc, bajaron hasta la costa de Buenos Aires. Darwin siempre bajaba y se quedaba investigando y paseando, y cerca de Bahía Blanca se encontró con Rozas, encuentro que relata en su libro "La vuelta al mundo de un naturalista"; allí nos dice cómo Rozas compartía todo con sus gauchos, cómo era el que siempre hacía las tareas más arriesgadas a la par de sus hombres, y que por eso estos lo adoraban.

El Beagle siguió viaje, llegó a Tierra del Fuego, desembarcó a los tres nativos supervivientes (uno había muerto en el viaje de ida a inglaterra, de viruela), les construyeron unas cabañas y unas huertas... se fueron unos días, cuando volvieron las cabañas estaban quemadas, cosa absolutamente natural. Comprobado su fracaso, ¿adónde fueron? A Malvinas, adonde llegaron en marzo de 1833, poco tiempo después de su ocupación por parte de los británicos. Compraron allí una goleta (!), la Adventure, y se fueron a relevar la costa chilena, Chiloé, etc, y terminaron en Galápagos, en donde Darwin recibió el shock definitivo que lo sacaría de su letargo "creacionista" (era muy creyente cuando partió, y fue cambiando de oipinión en la medida que fue "viendo")

Malvinas. Fueron a Malvinas. Y para qué ocuparon Malvinas. Porque...

"...from 1834 the islands were governed as a naval station until 1840 when the British Government decided to establish a permanent colony.

A new harbour was built in Stanley, and the islands became a strategic point for navigation around Cape Horn. A World War I naval battle, the Battle of the Falkland Islands, took place in December 1914, with a British victory over the smaller Imperial German Asiatic Fleet...."


O sea, "una asiatic fleet" una flota asiática. Porque para eso Malvinas, y para eso tantos otros puntos estratégicos en lugares de paso. Por ejemplo, anexionaron ciudad del Cabo en 1806, en detrimento del los holandeses. Tenían Gibraltar desde 1713. Calcuta desde 1690 (la desembocadura del Ganges, en Bengala)

Y Hong Kong... ¿Cómo fue lo de Hong Kong? Las guerras del opio. ¿Que qué fueron las guerras del opio? Por esos tiempos, por la misma época por la que Fitz Roy se conmovía por la suerte de "sus " fueguinos, la compañía de las Indias le había encontrado la vuelta a eso del "comercio justo". Como a los chinos no les interesaba ningún producto europeo más que la plata para vender té, porcelana, sedas, etc, a los de la compañía de las Indias se le ocurrió venderles opio a los chinos de a pie, a cambio de plata.... Y estaba prohibido, archiprohibido por el emperador chino. Pero a los de la compañia de las Indias orientales eso les daba igual, lo primero era la libertad de comercio, sobre todo la propia. Cuando los chinos se pusieron serios, llegando a escribirle una carta a la inventora de la moral victoriana, osea a la reina Victoria herself (la gorda soberana en palabras de Cortázar), los ingleses respondieron declarando la primera guerra del opio para "asegurar la libertad de comercio", o sea, atiborrar a los chinos del opio producido por los ingleses en Bengala a cambio de té, porcelana... lo que les interesaba. Los chinos de ese entonces no tenían nada que hacer ante el armamento británico. Y perdieron. Y entregaron Hong Kong, otro punto estratégico que les faltaba a los británicos en su colección. Todo esto ocurrió entre 1773 y 1860, metiendo opio comprado/producido en Calcuta en cantidades de entre 900 y 1400 toneladas al año. Y encima Hong Kong como premio.

O sea, mientras se preocupaban por los 4 fueguinos -hasta ahí nomás- envenenaban hasta la muerte a millones de chinos con el opio, en nombre de la libertad de comercio.

Y todos esos puntos estratégicos que fueron coleccionando los ingleses en aquellos años: ciudad del Cabo, Calcuta, Hong Kong,... MALVINAS, sirvieron para asegurar su primacía, colocar su productos, y enmascarando todo con una suerte de barniz civilzatorio muy conveniente, muy seductor para muchas almas bellas, como las de nuestros intelectuales falklandeses y nuestros voleyballistas idem.

¿Y cuál era el objetivo de este relato? No sé, quizás inscribir lo de 1833 en su tiempo histórico, en donde personas de carne y hueso y grandes empresas deshumanizadas -la compañía de Indias era una empresa privada, con ejército propio, y con pésima fama dentro del propio Reino Unido, a pesar de beneficiarse de sus negocios- entreveradamente decidieron el destino del mundo y entre ello, el de un territorio que, ya sólo por el lugar en el que está, forma parte del territorio argentino. La autodeterminación de sus habitantes debe ser tan tenida en cuenta como la de cualquier habitante de cualquier territorio argentino. Es decir, ellos, como ciudadanos argentinos que son pueden tener sus tradiciones, hablar idioma familiar -como en casa hablábamos alemán- pero son habitantes de territorio argentino desde su nacimiento, y no pueden decidir sobre eso, porque no hay nada que decidir.

El que haya nacido ahí y es rubio, es rubio... y es argentino.

Pero esta discusión es más profunda, y es oportuna: es la misma que sobre el Banco Central, sobre la minería, sobre el petróleo, sobre la soja... Es sobre el territorio, sobre los derechos, sobre el Estado como representante, como"agente" del pueblo en el territorio. Sobre eso tenemos que profundizar la discusión, no sólo por nosotros.

Por el mundo entero.

RH

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