viernes, 1 de febrero de 2013

CIUDAD SIN REJAS




Si, Macri lo prometió, blabla.

Pero tampoco hay que engañarse. Macri, duranbarbamente, engancha con el deseo de sus votantes: es lindo verse a sí mismo diciendo las abuelas van a volver a tomar mate en la puerta y las ventanas y las plazas no tendrán rejas.

Pero, superado ese engorroso trámite del espejo bonito, a la mayoría de los votantes de Macri les resultaría harto molesto tropezarse con esas viejas sentadas en la puerta tomando mate (con-la-pla-ta-de-los-ju-bi-la-dos), interrumpiendo el paso furioso de quien está furioso por culpa de la yegua.

Y las plazas tienen que estar enrejadas porque en esta ciudad ya-no-se-pue-de-vi-vir.

A los votantes ded Macri les encanta el discurso de buena onda, y les encanta la mano dura.

Así que, a no engañarse. Esto, a esos, no les molesta.

Ni siquiera que se repartan los negocios entre ellos; de momento, están más entretenidos odiándonos.

Es el escollo que tenemos que superar.

La reja que tenemos que derribar.

RH
 
PD: Llegué a la conclusión de que los K...¡somos una manga de felices!

5 comentarios:

  1. Un paisaje de parques cerrados con rejas para tornar la belleza de un espacio verde abierto a lo más parecido a una cárcel.
    A los que si pudieran le colocarían un garito en la puerta para cobrar entrada.

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  2. Daniel, lo que querrían instalar en las puertas de las plazas y parques enrejados son garitas, no garitos. Pero no importa, ellos tampoco deben saber cuál es la diferencia.
    Poseen la esencia maldita y mortal de la derecha y la brutalidad tradicional de los fachos. Brutalidad en los hechos, en los dichos, en las intenciones, en la carencia de sutilezas. Aunque hacen gala de un curioso sentido del humor. Además de haber perdido la memoria (ellos también), tratan de entretener a la galería de desapercibidos con globitos, confetti, matracas, respiraciones profundas, zanahorias bebé y tomatitos cherry.
    Pero como decían Kant y Rabindranath Tagore, la culpa no la tiene el chancho.
    Recordemos que un travesti facho, siempre con atuendos femeninos a pesar de escarnecer a los homosexuales, vulgar y chabacano casi resulta gobernador de Santa Fe.

    Paciencia. Estos frutos del odio se van a ir secando solitos.

    Saludos

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  3. Patético ¿quieren una ciudad sin rejas?
    Que los peronistas vuelvan de donde vinieron, que se vayan al Chaco o al tercer cordón del GBA, váyanse al Calafate.
    Ese día, ese día de gloria, no habrá más rejas en Buenos Aires, y seremos felices.

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  4. Vos alcidito, seguí así, no te falta mucho para que cumplás el sueño de la reja propia, tu jaula, tu ruta.

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  5. ¡Alcides el afrikaaner!

    Alcides: ya estamos en el Chaco, en calafate, en el tercer cinturón, en el segundo y en el primero. Igual, no te preocupez: para la estupidez tuya, no hay reja que la limite. Tranquilo

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