domingo, 15 de septiembre de 2013

LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

Cada vez más vamos redondeando, entre todos, de qué se trata esto. Zaiat publica hoy una nota muy descriptiva, titulada "Natural servilismo", en la cual describe crudamente la naturaleza rentística y aprovechadora de "la burguesía nacional" y de sus políticos y economistas afines, los del "natural servilismo".

En esta ocasión, el massismo.

En un ejercicio que indistintamente puede conducir a la euforia o al desaliento, podríamos -deberíamos- hacernos a la idea de que seguimos luchando por una independencia JAMÁS ALCANZADA.

Que lo que la Revolución de Mayo abre, y la declaración de independencia confirma, vendrían a ser algo así como la firma de actas de intenciones, que costaron sangre eso sí, pero que no pasaron prácticamente nunca de eso.

Perón lo intentó, dio algunos pasos, como los Scalabrini y todos los que de un modo u otro vieron por dónde pasaba la independencia.

Pero nunca llegamos, porque desde siempre, en la propia estructura creada por los primeros ocupantes castellanos que venían de exterminar y expoliar a moros en la península ibérica y continuaron exterminando y expoliando aborígenes por aquí anidan todos los males que aún hoy nos aquejan. No digo más que nunca, no me atrevo porque pienso que siempre se intentó que fuera "más que nunca", dependiendo simplemente de cuales fueran las posibilidades de "lo expoliable".

Propongo un ejercicio muy cortito: desenmarañemos toda la basura discursiva con la que nos contaminaron y contaminan desde siempre, desde Rivadavia, y vayamos a los hechos concretos, a cuál es el ideal real valga el oximoron (no sé si lo es) de quién detenta el poder casi siempre por aquí, cuál debería ser hoy.

Y, hoy debería ser que los propietarios de la tierra puedan detentar sin ninguna restricción de lo producido en sus tierras, exportarlo todo, y que el dinero obtenido sirva para importar lo que los propietarios de la tierra deseen, y que lo que sobre quede en los bancos de los países importadores para que financie las políticas que estos países, los que deciden, decidan.

Y la única función del Estado es "aceitar" esta circulación de bienes hacia el extranjero; todos los caminos deberían conducir a los puertos y no debería destinarse ningún recurso a ninguna otra actividad.

A partir de este razonamiento, de esa situación ideal a la que siempre tienden quienes detentan el poder aquí desde el nacimiento de esta entidad política, cada tanto situaciones de fuerza intentan crear una alternativa, entonces se produce una suerte de repliegue táctico, pero no hay una intención real de cambio: está fuera de las posibilidades ideológicas de toda esta clase. Porque esta clase forma parte económica e ideológicamente de entidades políticas extranjeras. Esto no es una chicana, es un hecho, y lo que lo muestra más claramente es el uso de la moneda extranjera como unidad de cálculo de valor y de intercambio y de atesoramiento y y y. Ahorrémonos las descalificaciones, porque enturbian el entendimiento; tratemos de pensar qué hacemos con eso, cómo "negociamos" con esa realidad.

Cómo alcanzamos la independencia.

Y esto no lo digo declamativamente, digo, sencillamente, como podemos ir mejorando la calidad de vida esta generación y las futuras sin que dependa de las necesidades de quienes detentan el poder en otros países o multinacionales o o o.

Esto no ocurrió nunca.

Toda la reflexión, a mi entender, debería estar orientado a cómo lograr que nada de lo que nos haga libres debería estar en manos de esa clase, de esos individuos, ni siquiera de los actuales "aliados". Cómo crear compartimientos estancos, que impidan que "la soja" o sus sucedáneos futuros -mañana China descubrirá otra manera de alimentar a sus cerdos y ahí te quiero ver- se apropien de nuestra libertad para poder seguir alimentando a sus amos en Nueva York Londres Bahamas o Ginebra o sencillamente en una cuenta en internet.

Uno ve a Massa y a todas esas figuritas repetidas que lo cobijan y ves que su único rol es ese, devolvernos al circuito de dar todo a cambio de nada.

Porque el "nosotros" no existe. Este país no es nada, es una tierra para cosechar, una mina de donde extraer.

Nada más.

Nunca ha sido otra cosa.

Es un lugar en donde se ha puesto la manguera de una aspiradora que se lleva todo, y en su aspirar arrastra a parte de su población, a la más expoliada, a la boca de la aspiradora, sedienta de los recursos que ésta se lleva.

Ellos nos ven así.

Cómo ser libres, cómo ponernos fuera del alcance de su codicia, ir dejándolos sin recursos hasta que agosten.

Tomarse el trabajo de ver en cada una de las cosas que nos tienen tomados por el cuello, cómo podemos saldarlas.

Analizar cada camino, cada curso de los acontecimientos, para evitar que desemboquen en una pared o en sus garras.

Y lo pensaba entre el 2002 y el 2005, "ahora es nuestra oportunidad, dejamos de ser interesantes por un tiempo porque no tienen nada que sacarnos, aprovechémosla".

Creo que avanzamos bastante, pero creo que también desperdiciamos mucho tiempo. No se puede todo, ellos también juegan, pero creo que hay muchos caminos por explotar todavía. Las energías alternativas por ejemplo, aunque resulten más caras de momento. Pero son inagotables. Te hacen libre.

Estamos a tiempo, pero luchemos por dar a conocer todo lo que falta y cómo esa "gente" pretende retroceder en todo, pero todo lo avanzado. Que todo su discurso sobre "la seguridad" enmascara simplemente el acto de instalar sistemas para controlarnos mejor a todos, que no podamos reaccionar a sus atropellos.

Hay mucho para trabajar, mucho para reflexionar. Tenemos que motorizar un verdadero cambio de paradigma.

Estrechar el vínculo entre discurso y hechos. Ver por donde desanudar y crear nuevos nudos. Pensar siempre que lo hecho hoy tiene consecuencias mañana. Mucho, mucho.

Hasta luego.

RH

2 comentarios:

  1. Vuelvo a leer un poco los blogs. Concuerdo por supuesto y me gusta, algo parecido o sobre el tema acabo de subir. Abrazo

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