Después de haber realizado de una forma anónima, totalmente desinteresada, enormes servicios a nuestra causa, emprende ahora su más peligrosa, tal vez última misión al servicio de la libertad y de este modelo: destruir al PRO.
Sí, Lilita, en esa ingrata tarea que resulta aparentar ser gorila y loca, ha conseguido con una eficiencia sin igual todos los objetivos que se trazaron junto con el Flaco allá por el principio de siglo: destruir a la UCR, a los socialgorilas, a los que se hicieron pasar, degenara y lozanamente por lulistas.
A todo impostor que se hiciera pasar por progre, Lilita lo desemmascaró, lo evidenció.
Pino, el último.
Ahora, indiferente al peligro, se apresta a destruir al PRO.
De pie señores!
Lilita, nuestra Mata Hari, se merece un lugar en el altar de los héroes.
Hip hip! Gorrrda! Hip hip! Gorrda!
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