DE LA MARAVILLA, DE LA POESÍA. 12 AÑOS

Esto, en cualquier caso, es maravilloso. Más allá de que las cosas seguramente se van a poner muy fuleras, tanto que es probable de que tengamos poner casi todas las esperanzas en su ineptitud, en su ilimitada capacidad para hacer cagadas. en que simplemente hagan lo que querían hacer, que es agarrar la plata buitre, esos miles de millones de dólares y salir corriendo. Todo indica eso: su indiferencia absoluta a la hora de los nombramientos, el "masomenismo"imperante.

¿Que qué es maravilloso? La muerte de Néstor nos sirvió para salir y reconocernos, esto que está pasando muestra que es perdurable, que caló tan hondo que, por debajo, estamos muy por encima.

Ahora como suele decirse, se van acomodando los melones. El "sciolismo" -por no mentar a Scioli- dice que no hay que molestar con el traspaso.

Ahora Telerman, jefe de campaña de Scioli, sale abrazado con Lopérfido y Rodríguez Larreta asumiendo en el San Martín.

Pero mientras tanto, lloramos y nos comunicamos y pensamos con el corazón caliente y la cabeza fría, nos comportamos como hay que comportarse: que esto recién comienza, que lo que se puso en marcha no lo para nadie y que esto que está pasando con el mediocrismo asumiendo el bastón pero no el mando se transforme en plataforma, en necesario contraste, en baño de limpieza para sacarnos de encima a tantos Telermans que nos íbamos a tragar para que tal vez el jueves mismo nos estuvieran traicionando, no tal vez a nosotros que no somos nada más que porta-voces, sino a aquellos que se ponían en sus manos para seguir esa trayectoria hacia la igualdad tan anfractuosa pero llena de sueños.

No se van a andar con chiquitas. Ahora mismo bloquean la web de Página 12, mirá el miedo que nos tienen. Pero las fábulas de Esopo y La Fontaine están llenas de macrismo y macristas, y nuestra sabiduría tal vez consista en hacerles judo, en usar su propia fuerza para que lleguen a su marcado destino: la inhóspita pared, el duro suelo.

Odian a Cristina y a 678 por el mismo motivo: por ser implacables, por decirles en la cara lo que son. No seamos complacientes. El camino es más largo, pero los cimientos que construís son indestructibles: ¡Mirá alrededor! Cuando esos que nos rodean y nos entregaron a esta oscura alianza de carroñeros y depredadores nos vengan con lágrimas de cocodrilo no hay que ser condescendientes; la amabilidad sólo conduce a la renovación de la traición, a una nueva entrega.

La redención sólo puede llegar por la asunción de todas las responsabilidades.

Ahora no tenés excusa.

Ahora sí sabías.

Pero no, de ellos ahora quiero olvidarme. Prefiero sin lugar a dudas recrearme en esta maravilla de vernos abrazados en el muelle de nuestros sueños, dejando todo preparado para el retorno inevitable.

Lo mejor de estos 12 años, o por lo menos lo que tienen de onírico, es que convocan a la poesía. Y vendrán años mejores.

RH