Hay algo de lo que ni se habla, quizás porque nunca fue verdaderamente posible que el 82% se concretara; que son las consecuencias colaterales en el conjunto de la economía que tendría una inyección de dinero en el sistema de decenas de miles de millones de pesos.
Dicho de otra manera, un aumento individual del poder adquisitivo de alrededor del 50% en millones de personas.
No hay bienes en el sistema que permitan cubrir la demanda adicional que supondrían esas decenas de miles de millones de pesos inyectados de golpe en el sistema. No hay suficientes tomates, suficiente lomo, suficientes heladeras, suficientes autos, suficiente ropa. Y la reacción automática ante esta subida abrupta de la demanda es la suibida de precios. Ya se vio en determinados productos con la entrada en vigor de la AUH; en este caso los aumentos se dieron en productos principalmente primarios, cuya demanda adicional pudo ser cubierta en forma relativamente rápida. La demanda adicional que supondría el aumento propuesto de un saque a los jubilados no tendría respuesta inmediata, puesto que la capacidad ociosa de producción está bastante cerca de su límite, y tendría que cubrirse esa demanda con importación, con el consiguiente desequilibrio en la balanza comercial.
Pero en lo inmediato, se convertiría instantáneamente en inflación. Quizás una hiper, el sueño húmedo de Nico Salvatore y Graciela Bevcaqua, con quiebra del sistema.
Por tanto, los asalariados verían erosionado su poder adquisitivo. Y reclamarían con razón. Imaginemos entonces que se aumente el salario mínimo. Este se lleva, 82% mediante, las jubilaciones para arriba. Sin tener en cuenta los recursos del sistema.
Y si no se reajusta, lo que se produciría con esta inflación es un gigantesco desplazamiento de plata de los más pobres a los más ricos. Como debe ser. Y adios al consumo de las clases bajas y medias, adios al resurgimiento de las actividades productivas que lo alimentan.
Y así.
Lo del 82% es una falacia creada por la socialdemocracia para vender a sus electores que es posible un sistema capitalista perfecto, con unos derechos asegurados al trabajador separados de la propia realidad del capitalismo. Porque en el capitalismo tenés que saber de dónde vas a sacar la plata, así que no podés asegurar que haya recursos para pagar el 82, el 50 o el 120%.
Si sos bueno, tenés un sistema estatal de reparto, en el cual la plata que va ingresando al sistema la vas administrando para que suponga más inversión en tu país, y que esta inversión se transforme en puestos de trabajo estables y cada vez mejor remunerados; que esos asalariados aporten el sistema; un círculo virtuoso. Cuando hacés las cuentas ves cuánta plata tenés para invertir para que el pozo siga creciendo, y cuanta podés ir distribuyendo a los jubilados. Y ahí decidís cómo: si la repartís equitativamente, o si la relacionás con lo aportado. Según tu idea de la justicia, y del devenir histórico. Pero lo hacés teniendo en cuenta el tamaño del pozo, no lo relacionás con algo que a priori -por desgracia- no tiene que ver más que en una pequeña parte con lo que cobren los asalariados. Además, según tu idea de la justicia y el devenir histórico -otra vez- buscarás que esos fondos vayan a la AUH, a fondos de desempleo, e incluso, a darles una jubilación a los que no aportaron nunca. Y en este último caso, porque muchos de ellos no es que no quisieron aportar; sino que los tuvieron en negro por décadas, o aún peor: les retuvieron y no lo ingresaron en donde debían. Porque de esos ha habido millones.
Si sos malo, obligás a los asalariados a que aporten todo a sistemas privados, cuya rentabilidad (la propia, no de los jubilados) está basada principalmente en las comisiones que le cobran a los aportantes, y cuyo obejtivo no es aportar al crecimiento del país origen de los ingresos que perciben, sino a hipotéticas timbas especuladoras; y que no se hacen responsables de si sus inversiones fueron rentables o no. Sea como fuere, ellos cobrarán por mover la plata, y si las inversiones seleccionadas fueron mal, mala suerte para los aportantes. Se puede dar la paradoja -de hecho, se dio- de que una AFJP sea extremadamente rentable para sus dueños, y ruinosa para sus aportantes.
En resumidas cuentas: el objetivo de esta movida, aparte de la demagogia, es quebrar a este incipiente Estado, por la vía de la quiebra directa del sistema jubilatorio de reparto, por el desequilibrio de la balanza externa, por la generación de inflación.
Ni que lo hubiera diseñado Salvatore.
¿No lo habrá diseñado, en sus charlas de despacho de abogado con Gil Lavedra?
RH
Muy bueno tu posteo, muy preciso y atinado. Redondea una idea que yo venía masticando. Accesoriamente a lo que vos decís, que es una hecatombe, el 82% móvil, no es justo en las condiciones actuales.
ResponderEliminarQuizás el día de mañana, con el sistema purificado, con mucha gente ya fallecida, uno podría considerarlo como un reclamo que corresponda.
No es justo que personas que aportaron los 30 años, estén jubiladas del mismo modo que aquellos que hicieron mínimos aportes con las sucesivas leyes que permitieron jubilaciones extraordinarias, con 3 años de aportes.
El sistema aún está, como decirlo, muy mezclado. Tengo una tía que sacó una jubilación (mínima, pero jubilación al fin) con 2 años de aportes, sin haber trabajado fuera de su casa.
Y conozco personas que han aportado 40 años, y se jubilan con 10 años de exceso de aportes.
De momento, aunque suene pésimo, no es justo.
Lo que pasa... es que depende de cual sea tu idea de derechos en general. Por ejemplo, podés pensar que quien trabaja, tiene que aportar, sean 10, 30 o 60 años; ese aporte permite sostener un sistema que pueda bancar no sólo a jubilados, sino también que asegure un ingreso mínimo a chicos de 0 a 18 años, o a personas sin trabajo. Si mirás para atrás, uno se fija en las jubiliaciones "injustas", gente que aportó mucho y cobra poco, y gente que aportó poco y cobra lo mismo. Depende de lo que consideres "justo". Creo que la reflexión va mucho más allá del 82%; va en qué tipo de sociedad queremos vivir. Y eso, además, tenemos que enseñarlo desde ahora a los más chicos incluso. Si pensamos al Estado como una gigantesca AFJP que reparte según lo aportado, o pensamos al Estado como garante de un suelo lo más alto posible para quienes ya no están en edad productiva, y para quienes aún no han entrado.
ResponderEliminarAbrazo
yo lo estuve diciendo ayer en Twitter, en los comentarios que dejé por todas partes
ResponderEliminarel 82% móvil es inviable, por más que se recorte todo el gasto público (futbol para todos, conectar igualdad, incluso la AUH), aun asi no se podría sostener a largo plazo, tocaría subir los impuestos y que estemos al nivel de UK para que exista la guita necesaria para poder llevarlo a cabo
lo que se daría en pensiones, se iría en impuestos
y eso sin contar la gente que se va a jubilar el año que viene
en síntesis: NO SE PUEDE
un abrazo
Quizás no fuí demasiado clara.
ResponderEliminarCreo que por un lado viene "... el Estado como garante de un suelo lo más alto posible para quienes ya no están en edad productiva, y para quienes aún no han entrado". Hasta ahí, estamos de acuerdo. Tendría que ser una pata de la mesa, indiscutible.
El tema se complica cuando los únicos recursos provienen de los aportantes, del trabajador activo.
Para mí, habría que deslindar, y lo justo sería generar otra fuente de ingresos que sostenga económicamente a los que no son jubilados y/o pensionados. Y precisamente que no provenga de los trabajadores activos, sino de los más ricos.
Porque sino, Huinca, repartimos la plata de los mismos de siempre.
El proyecto payaso que presentaron, si hubiera venido de la mano de un impuesto a la riqueza, a las propiedades ociosas, al turismo al extranjero -un impuesto al lujo, de últimas-, yo lo hubiera aplaudido. El tema es que siempre damos vuelta por la perejilada.
Un abrazo
Rick: un lujo el posteo. Muy claro.
ResponderEliminarLo voy a imprimir y mostrárselo a mi suegra, que apoya a Kirchner a expensas mías pero que está a punto de jubilarse.
Con respecto a lo que dice Almita, según entiendo, una parte importante de los fondos de la ANSES provienen de los impuestos que pagamos todos. Y quizás en una reforma impositiva progresista (hay que tener espaldas para bancarla) habría una solución no para dar el 82% sino para hacer más seguro aún el sistema y si aumentar algo más.
Abrazo.
PD: yo decía que también es una excusa para hablar de ajuste. Ahí Laborda, en La Nacion, dice justamente:
"la alternativa de reasignar el gasto público para pagar las jubilaciones que la Justicia les reconoce a sus beneficiarios. El problema es que los Kirchner no quieren ceder el uso de ninguna caja política."
¡Paf! De un solo saque ajuste y la política es mala, mala.
Almita; por un lado tenés que tener un sistema de seguridad social sustentable en el tiempo, que garantice un ingreso a los que son mayores, menores, o está circunstancialmente sin trabajo. Un suelo mínimo de igualdad. Por otro lado, los impuestos son para mantener al estado, obra pública, sanidad, educación, defensa, seguridad, deuda externa pública. Es lo que se llama el Tesoro. Y tengo una mala noticia para vos. Siempre vamos a ser nosotros los que pongamos la plata, de una manera u otra. La que tienen los empresarios, también la ponemos nosotros. La batalla es otra.No basta con poner impuestos, hay que tener la fuerza para poder cobrarlos, y la fuerza para evitar que se los descuenten por otro lado o se los carguen al consumidor o a sus empleados. Eso se hace construyendo un Estado fuerte, y no se hace de un d´ñia para el otro; pensá que los tenbés que construir con la gente que tenés, que es la misma que estvo ausente todos estos años. Lleva mucho tiempo, perseverancia, paciencia. Y los únicos que la tienen, de momento, son los Kirchner. El resto, lo único que quieren es, o figurar un rato, o sencillamente destruir lo conseguido para poder seguir saqueando. No hay nada más que eso. Podemos ponerlo en palabras como ajuste, pero sólo se trata de que quiero más plata para mí, de ser posible, toda. Lo ves además en la denominación caja, es una vulgar proyección de su propio concepto de las cosas. Abrazo
ResponderEliminarMuy bien compañero. Almita, complicado lo que fallezca gente con uno gobierno peronista, es que dan ganas de vivir!
ResponderEliminarAlmita: cuántos deberán fallecer? Muy bueno, Huinca. Los productos aumentan por una ley simple de la economía que Paul Samuelson, un liberal, describe sencillamente: si la oferta no aumenta, hay más gente queriendo comprar lo mismo, y entonces el capitalista, en lugar de bajar el precio (que parecería lo natural) lo aumenta, aumentando la ganancia marginal
ResponderEliminarPobre Almita. Tanto realismo nos va a -perdón-matar... Gracias Jorge por Samuelson. Ricardo, lo dicho: una cosas son los impuestos, y otra cosa los recursos de la seguridad social. Esta no forma parte del Tesoro; como no lo son los fondos del Banco Central; los impuestos sí. Otra cosa es que el Gobierno marque las políticas que deban seguirse en una u otra institución, pero no es la misma plata la de los impuestos que la de la Anses. De hecho, cuando el Gobierno toma plata de la anses o del banco central, a cambio le da pagarés, letras o lo que sea. Y a su vez, dichas instituciones pueden si quieren quedarse esos títulos o venderlos si necesitan liquidez. Esto es así en todo el mundo, no inventamos nada. Es como toma plata el gobierno de eeuu de la reserva federal.
ResponderEliminarO sea: no mezclemos impuestos con cargas sociales
Abrazo a todos
Tienen razón todos ustedes, la verdad.
ResponderEliminarNobleza obliga.
Abrazos a todos.
Rectifico algo, por lo menos parcialmente. De acuerdo a esta nota de hoy de Zaiat: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-155109-2010-10-16.html
ResponderEliminar"Otro de los mitos instalados en el debate público se refiere a “la plata de los jubilados” que la Anses tiene para hacer frente al 82 por ciento móvil y a los ajustes dispuestos por la Corte Suprema. Los investigadores del Cippec aclaran que el sistema de seguridad social “tiene fuentes de financiamiento en base a impuestos y aportes y destinos que exceden al universo de contribuyentes”. El pilar contributivo de los ingresos de la Anses contabilizó un déficit de 18 mil millones de pesos el año pasado. Esa diferencia fue cubierta por ingresos tributarios, que incluyen 20 por ciento del Impuesto a las Ganancias, 11 por ciento del IVA y 15 por ciento de todos los impuestos que se coparticipan con las provincias. Esa masa de recursos suma el 42 por ciento de los ingresos de la Anses."
O sea, los impuestos también pagan parte de las jubilaciones. La rectificación es parcial, porque si bien el Tesoro alimenta al ANSES; siguen siendo dos pozos diferentes.
Esto, que yo no lo sabía, QUINES VOTARON SÍ LO SABÍAN, Y SI NO, ERA SU OBLIGACIÓN SABERLO. POR TANTO SE CONFIRMA ABSOLUTAMENTE SU INTENCIÓN -UNA VEZ MÁS- DE QUEBRAR A ESTE ESTADO.
no leí los comentarios, los dejo para otro momento porque son interesantísimos (hice una leidita). No quería dejar pasar la felicitación por el posteo, nos sirve para argumentar y vayamos preparandonos compañeros porque el 2011 aparte de la fiesta de la democracia debe ser la fiesta de los militantes ganando votos para este país que va siendo en serio. Una vez más, excelente.
ResponderEliminarEl sistema de AFJP creaba una caja de ahorro cuyo saldo acumulado lo constituia los 11% que le descontaban mensualmente al aportante, menos comisiones, gastos, impresion de resumenes, mas el interes acumulado que dependia de las inversiones que hicieran las AFJP. Al jubilarse ese acumulado se promediaba por la espectativa de vida del beneficiario y se establecia un haber mensual. Ahora si el beneficiario duraba mas que el calculo hecho, no recibia mas jubilacion. "Alpiste, perdiste" Entonces el jubilado tenia dos caminos, vivir de la beneficencia de algun familiar, caridad publica o ...
ResponderEliminarjbomben@yahoo.com