Terminó la última ecuación: ya estaba todo listo. Todos los problemas quedaban resueltos, no había riesgos: la teletransportación como medio de transporte era un hecho. No más trenes, no más autos, no más aviones, no más bicicletas. Cualquiera podría ir a cualquier parte cuando quisiera.
Feliz, salió al balcón de su exclusivo piso de Recoleta. Recorrió con la mirada el panorama que se le ofrecía; el mismo desde que tenía memoria. La avenida Quintana, Plaza Francia, el cementerio en donde reposaban sus antepasados.
Cualquiera podría ir a cualquier parte cuando quisiera.
Una punzada en el estómago. Volvió a entrar en el departamento, se sentó ante la computadora. Su rostro habia cambiado; una oscura determinación guiaba sus manos mientras uno por uno iba borrando los archivos de lo que habían supuesto años de trabajo, asegurándose además de que no fuera posible su recuperación. Su invento nunca habría existido; no debería existir nunca.
Terminada la tarea, dijo en voz alta la frase muda que desde el balcón, como una letanía, repicaba en su cabeza:
“Esto se iba a llenar de negros”
Feliz, salió al balcón de su exclusivo piso de Recoleta. Recorrió con la mirada el panorama que se le ofrecía; el mismo desde que tenía memoria. La avenida Quintana, Plaza Francia, el cementerio en donde reposaban sus antepasados.
Cualquiera podría ir a cualquier parte cuando quisiera.
Una punzada en el estómago. Volvió a entrar en el departamento, se sentó ante la computadora. Su rostro habia cambiado; una oscura determinación guiaba sus manos mientras uno por uno iba borrando los archivos de lo que habían supuesto años de trabajo, asegurándose además de que no fuera posible su recuperación. Su invento nunca habría existido; no debería existir nunca.
Terminada la tarea, dijo en voz alta la frase muda que desde el balcón, como una letanía, repicaba en su cabeza:
“Esto se iba a llenar de negros”
RH
Muy bueno. Ojo con ese, ahora, podría inventar algo para eliminar multitudes...
ResponderEliminarViene trabajando en eso desde hace muuucho... Pero el sistema no los dejará: las necesitan como consumidores, como "usurados", como conejillos de indias.
ResponderEliminarte imaginás en mi caso, bicicletero, me quedo sin laburo, el delivery no cobraría más propinas, los deportes como el automovilismo o hasta el salto en alto no tendría sentido... te paras frente a la vara, con la garrocha en la mano, y zas! apareces del otro lado, batiendo cada vez un nuevo record!!! esto con los militares no pasaba...
ResponderEliminarGuille
uy no... si hay que usar vara... sigo prefiriendo la bicicleta...
ResponderEliminarpor ahi tenemos la suerte de que algunos queden con las moléculas dispersas por todos lados
ResponderEliminar