A ver. Si esto fuera el "Truman Show" (Peter Weir, 1998), los intoxicados de Clarín, con lo de Julio Bazán mostrando el drama de un edificio sin luz "hace días", en que se ve la sombra del ventilador de techo FUNCIONANDO, podrían, como el Truman de la película comenzar a preguntarse si no (mal)vivieron "una vida de película" sin saberlo.
Quizás podrían, como el Truman de la película, ir retirándose discretamente de su mundo de pesadilla a uno más apenas "purgatorio" néstormente expresado. Ir viniéndose a la normalidad de la dosis justa de cordura y de locura para ver más o menos cómo son las cosas, y tratar de adecentarlas por lo menos un algo, que nos caracteriza.
Esa sería la lógica. Si fueran Truman comenzarían a preguntarse si esa sombra de ventilador en el techo no sería el rastro en el aire de todas las mentiras, los juegos de sombra y más sombra a los que fueron sometidos desde hace tantos años, y que tienen que irse ya de ahí; que cualquier lugar en el mundo, incluso éste, es mejor que vivir en ese infierno de sombras.
Eso harían si fueran Truman.
El problema es que eso que es lógico en el mundo de película no será lógico en ése otro, el de las sombras.
Lo que no es lógico y sin embargo presumible es que preferirán seguir a la intemperie de las mentiras, de ventiladores de techo de movimiento perpetuo hasta el final.
Me ronda una sospecha terrible: si lo de que a los ingleses les echaron aceite hirviendo, no habra sido la primer mentira que contó Clarín.
Quizás podrían, como el Truman de la película, ir retirándose discretamente de su mundo de pesadilla a uno más apenas "purgatorio" néstormente expresado. Ir viniéndose a la normalidad de la dosis justa de cordura y de locura para ver más o menos cómo son las cosas, y tratar de adecentarlas por lo menos un algo, que nos caracteriza.
Esa sería la lógica. Si fueran Truman comenzarían a preguntarse si esa sombra de ventilador en el techo no sería el rastro en el aire de todas las mentiras, los juegos de sombra y más sombra a los que fueron sometidos desde hace tantos años, y que tienen que irse ya de ahí; que cualquier lugar en el mundo, incluso éste, es mejor que vivir en ese infierno de sombras.
Eso harían si fueran Truman.
El problema es que eso que es lógico en el mundo de película no será lógico en ése otro, el de las sombras.
Lo que no es lógico y sin embargo presumible es que preferirán seguir a la intemperie de las mentiras, de ventiladores de techo de movimiento perpetuo hasta el final.
Me ronda una sospecha terrible: si lo de que a los ingleses les echaron aceite hirviendo, no habra sido la primer mentira que contó Clarín.
RH
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