domingo, 24 de mayo de 2015

Scioli-Randazzo - Post 4

            
           

Suena probable que muchos de aquellos que critican a esos kirchneristas que han degradado a los ciudadanos porteños por su voto al Pro, sean los mismos que se encuentran lanzados hoy, a una estigmatización similar hacia aquel votante K que juzgan como "progre-siome".

No sea cosa que den inicio con esto a una futura grieta.

Digo, deberían ser más cuidadosos con ese inmenso componente que se volcó a apoyar a Cristina en el 2008 cuando muchos peronistas comenzaron simultáneamente el éxodo hacia los inicios de lo que conforma hoy las filas massistas y aún macristas.


Daniel Scioli es un candidato que no enamora. Es probable que gane la interna si los números actuales siguen proyectándose como hasta ahora.
Y desde esa, su negada atracción emotiva debería insisto, trazarse una proyección de como se pararía ante su persona ese votante hoy hostigado por insistir en lo que se pretende un "daño hacia su imagen". A lo que se suma con gusto -cosa que debería considerarse primordialmente- nada menos que Clarín.

El pejotismo, columna vertebral y ocupante de sitios decisorios en el armado de poder, apoya a Scioli. Pero aproximadamente la mitad de la composición del votante kirchnerista lo considera -como en función de cierta observación del esquema que subí al post, podemos evaluar- el peor de los posibles.
Hay entonces esa otra mitad que pugna. Una mitad a la que se le está echando en cara la desconsideración de Randazzo sobre su contrincante.
Pero desde un lugar difícil de sostener. La gestión de Daniel Scioli ha sido pobre, deficitaria, gris, a lo largo de sus dos períodos. Y lo ha sido en los aspectos más esenciales.
Daniel Scioli es un híbrido y en contraposición, lo que produjo una fuerte empatía en el votante del FpV hacia Cristina ha sido todo lo opuesto a la hibridez.

Se la valoró por rebelde y por no andar con medias tintas, por ser caliente frente a un eventual sucesor cuyo atributo más notorio es su tibieza.
Si se piensa que esa condición es precisamente la que buscan aquellos que ya agotados, anhelan superar la grieta, no se evalúa una eventual futura grieta interna entre los dos sectores en pugna que buscan clarificarse en estas PASO que se vienen. La que puede proyectarse más allá del voto unificado que sería concedido para que Scioli acceda a la próxima presidencia.

Está claro que el monstruo a enfrentar; con la cara de Macri, la de Clarín, la de la Sociedad Rural, la de los nostálgicos del Proceso y del neoliberalismo no deja lugar a dudas, pero ya es ocioso recordar semejante obviedad hacia adentro.
Nadie deja de lado al contrincante que debemos enfrentar de manera unificada. Uno pediría dejar de subestimar al votante K con este argumento victimizante.

Si se pretende un Randazzo configurado en angelito despojado de drama como precandidato se pretende privilegiar el cinismo como prepotencia asestada a la inteligencia de los compañeros.
Si así hubiera sido su actitud se lo criticaría por complaciente.
Quisiera saber entonces como exponer las diferencias para el análisis. En que idioma se pretende las conjugue.
Cuando Scioli ningunea a su adversario en sus últimas declaraciones que otra cosa puede entenderse de semejante actitud más que un signo de violencia conceptual, de provocarle vacío con semejante declaración?
Cual es la consideración de Scioli hacia Randazzo ya que se le reclama a tal punto a Randazzo que la tenga sobre Scioli?

El tema es ubicarnos un paso más allá en el análisis, en momentos en que Daniel Scioli tome al fin la lapicera para estampar sus primeras órdenes y firmas en su escritorio de presidente y atender a como se irá a conjugar el sector que insistió por catapultarlo sin críticas con el vasto sector que terminará votándolo porque no quedaba otra. Y esa realidad es como siempre, la única verdad.

Votar desde una mitad a alguien porque no queda otra es extender un cheque acotado; quien lo ha sostenido desde la vereda interna es quien se verá obligado a hacer los mayores esfuerzos por conducir a mejor puerto al proceso donde ya no habrá -y prontamente- lugar para medias tintas en una conducción nacida sin amores, con cierta desconfianza y con mucha vara para medir gestos, señales y producidos.

Vamos a votar al ganador de la interna, tranquilos. Espero que todos lo hagan y lo apoyen sin más de cara a las elecciones generales.

Daniel

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