La comunicación de Macri, entre el miedo y la risa

Hace un rato, por un trámite de esos que uno tiene que hacer de vez en cuando, se me ocurrió entrar en la web del gobierno de la Ciudad. No encontré naturalmente lo que buscaba, pero entre otras cosas porque se me fue la atención ante el uso descarado que hace Macri de la web de la ciudad -que debería ser exclusivamente de atención ciudadana- para ventilar sus propias cuitas. Es probable que sea denunciable judicialmente que la web de la ciudad sea una especie de micrófono de TN, como lo era que usara el amarillo de su partido como color para la publicidad institucional de Buenos Aires; se da la paradoja de que mientras algunos bienpensantes difundieran la falsedad de que los Kirchner se habían apropiado de los derechos humanos, resulta totalmente cierto que el pro se apropió de la ciudad, por lo menos de su comunicación.

Y hablando de comunicación, apenas abrí la página me topé de frente con las noticias del día, entre las cuales estaban la presentación del sistema de gps de la polícia metropolitana, y de que la ciudad ampliará este año la red de centros de primera infancia.

Y a la vista de las fotos, me pregunté si su comunicación se la hace el enemigo.

Por un lado, el miedo que producen estas primeras fotos sobre la presentación de los gps. Por favor, vean la gestualidad de matones del nuevo jefe (y van...) y de Montenegro (aunque la de éste un poco forzada, da un poco de risa):

En la segunda, al nuevo jefe podría incluso leérsele el pensamiento, mientras mira a alguien que bien podría ser uno de nosotros: de vos no me voy a olvidar....

La otra noticia que ví es la de los Centros de primera Infancia, ilustrada con la foto que sigue:

Esta es la parte de la risa franca. Es como si con esta foto el tipo se empeñara en confirmar todo lo que se dice sobre la falta de mantenimiento de cualquier cosa que dependa de la ciudad.

Hay otra noticia, que va sin foto, pero que podría decir que resume el espíritu de Macri, presentando un aparato de rayos gamma para el Hospital Álvarez, de 400.000 dólares. Eso es lo que lo divierte: los artefactos caros, ese aparato, la tuneladora, los gps.

Lo de las gasas, el suero, calefacción y agua corriente en las escuelas, son minucias extremadamente aburridas que tendrá que resolver el mediocre que venga en el 2011; él está para cosas mayores.

Le deseamos una celda grande.

RH