viernes, 30 de julio de 2010

Méndez y Márquez

Para mí, a partir de ahora,  es Márquez.

Porque me parece que mencionarlo por su nombre es mufa, mufa como Méndez, y así como cuando se supo que Méndez era mufa pasó a ser Méndez, me parece que Márquez tiene que ser Márquez.

Mis cobloggeros lo llaman Oaky, pero a mí, qué quiere que le diga, me parece que es darle un aire gracioso en su ineptitud del que Márquez, a todas luces, carece.

Porque cuando pienso en Oaky y en sus fracasos, sonrío. Cuando pienso en Márquez imitando a Freddie Mercury, no. Se me viene la palabra "patético". Y pienso qué paradoja, se identifica con Freddie Mercury y es amigo de Bergoglio. Admira a Queen y trata de esconder a las Queen en rincones oscuros. Y me parece gestualmente patético y pienso en un muñeco que se sacude al ritmo de unos hilos manejados por alguien cuyas barbas duran. Pienso que todo es mentira. Y por eso también me parece patético

Fíjese que cuando en tiempos de Méndez se hablaba de sus fechorías, Méndez decía con su sonrisa diabólica "lo importante es que hablen".

Pienso entonces que cuando aquel cuyas barbas duran  maneja los hilos, y dice "a la gente lo del espionaje le importa un carajo" y apuesta al juicio político está diciendo eso, que lo importante es que hablen, así la mufa sigue, y los Márquez, como los Méndez, perduran.

Y entonces, yo digo que no hay que hablar de él, y si hay que hacerlo, que sea Márquez, como Méndez es Méndez.

Basta recordar que en los albores de su carrera como candidato -es un insulto a la política decir su carrera política- allá por el 99, dijo sin dudarlo que Méndez era un reconstructor del país. Y a partir de ahí, para los porteños en particular se fue derrumbando todo, y mientras el país se fue recuperando, en Buenos Aires pasó todo lo que pasó y pasa todo lo que pasa. Y mientras el resto de los personajes fueron entrando y saliendo de escena, Márquez siempre estaba ahí, contagiándonos su mufa. Medrando hasta hoy.

No más. Hablemos ahora de la ciudad que queremos para después de que Márquez se haya ido. Márquez es una enfermedad de la ciudad, como Méndez lo fue para el país entero. Hablemos de la curación, pensemos en todo lo que haremos después de la curación, y contémoslo. Que queda poco más de un año de mufa. Que después, Buenos Aires será una fiesta.

De Márquez no hablemos más.

RH

4 comentarios:

  1. jajaa muy bueno : OAKY, era entrañable y tenía personalidad, a Gold Silver le decía "¡papucho mío!!" él se derrumbó con el espionaje, pero la ciudad se derrumbó con su gestión. Gracias Huinca!

    ResponderEliminar
  2. Pero yo veo una diferencia importante entre la rata servil al establihment que fue Menem y lo que representa en si mismo Macri , MCACRI es MCARI , un apellido nefasto en si mismo porque hace una historia de complicidad com todos los obiernos que esquilmaron a la sociedad argentina . De hecho muy habil fue Duran barba en su momento vendiendo al candidato impresentable que tenia delante y sacando el apellido para que no se vea el contenido dentro del envase de detergente que vendia . Por eso esa campaña de Duran barba decia Mauricio y Gabriela y no Macri-Bergoglio detras de la etiqueta del producto comercial destinado al medio pelo porteño que compra cualquier mierda

    ResponderEliminar
  3. Eso! ...Hablemos ahora de la ciudad que queremos para después de que Márquez se haya ido... a Devoto.

    ResponderEliminar
  4. Y quien sería el profesor Neurus? eh!

    Super Hijitussería Kravetz? que hasta a veces parece amigo de Oaki?

    ResponderEliminar

ESTÁ HABILITADA LA MODERACIÓN DE COMENTARIOS.