miércoles, 20 de octubre de 2010

EN LAS GANANCIAS TAMBIEN

¿Por qué tanta locura con el proyecto de Recalde? ¿Está mal cumplir la Constitución acaso? Ciertos empresarios de los que nunca faltan en este capitalismo bandoleril (versión criolla de una vieja utopía europea), sospechan que gente como Moyano -principal apoyo del abogado de la CGT e impulsor también del proyecto de ley- espanta inversores con iniciativas como esta. La iniciativa es el reparto de hasta un 10% de las ganancias reales de las empresas en el año. Seguramente se espantan los inversores porque ven la posibilidad de que exista una legislación similar a la que padecen en sus países de orígen.


Porque resulta que "repartir las ganancias" es una medida que remite a los equilibrios sociales de los que requiere el sistema capitalista para funcionar normalmente. No se trata de una amenaza al capital lanzada por sindicalistas sedientos de fama y poder que esperan emboscados en los caminos.


El mismo Moyano ha recordado que si los trabajadores participan de las pérdidas, también les corresponde estar en la mesa cuando se distribuyen ganancias (¿o en ese momento el personal de servicio se las debe tomar?). Pero ni falta hace argumentar tal cosa. Está en la Constitución y más, el artículo 14 bis habla de cogestión, autogestión y administración de las empresas. Así que atenti que puede (va a) ser peor.


Un datito sobre el cumplimiento de ese artículo: orgullosamente en los setentas, el sindicato de Luz y Fuerza podía exhibir la autogestión de la empresa SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires). Los delegados de los trabajadores incidían y decidían sobre nuevas centrales eléctricas y dónde era necesario instalarlas, preveían nuevos polos de desarrollo (todos sabemos que a más actividad económica, más consumo de energía) y daban cuenta en asambleas sobre lo actuado. En 1976 la dictadura dirigió su furia contra ese sindicato y esa empresa. Cesanteó más de 260 trabajadores (entre ellos delegados, comisión interna y la autoridad máxima del gremio, el compañero Oscar Smith), y luego otra tanda más. Hubieron marchas, paros, lucha, sabotajes. Secuestros, intimidaciones, detenciones, amenazas y ocupación de plantas por las fuerzas represivas. Como la lucha continuó y la conducción no se bajaba de la defensa irrestricta (en el principio de la dictadura, repito) de la autogestión y de la defensa de conquistas y el nivel salarial, Oscar Smith fue secuestrado y desaparecido hasta el día de hoy.


Parece que esas son las formas en las que los "inversores" y ciertos empresarios no se espantan.


Edelmiro F.

2 comentarios:

  1. Sí compañero, é asín. Es difícil que quienes se acostumbraron a tenerlo todo, disponer de todo, comeincen a acostumbrarse a vivir en una sociedad democrática con todo lo que ello implica. Esta gentuza cree que la democracia es sólo un sistema de reclutamiento de unos tipos a los cuales ellos les dicen lo que hay que hacer. Fue así décadas, empieza a cambiar poco a poco.
    abrazo
    rh

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  2. Artículo 14 bis, nada más que discutir. O la Constitución es válida en todo su contenido, o no lo es. No "este pedacito me gusta, pero este no".
    Cuando hay que circular con el bendito auto (que cuidan más que a sus partes) resulta que la Constitución les garantiza el derecho a circular.

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