sábado, 3 de septiembre de 2011

Clarín entra en coma. Las agencias calificadoras no aciertan con el tratamiento adecuado. En la SIP esperan el fatal desenlace en cualquier momento

Llega un momento en que desvarían. Es tal la mezcla de odio e impotencia, que se les escapan sentencias que expresan los paradigmas ocultos del neoliberalismo de una manera tan obscena, que suenan absurdos.

Por ejemplo, Tenembaum, refiriéndose a la "claudicación" de la UIA ante Cristina:

Los empresarios aplauden a todos los que tienen poder, mientras son fuertes. Me impresiona el cinismo de los empresarios. Que hayan elegido Tecnópolis, ya es un gesto de reconocimiento al poder del gobierno. Quién tiene más poder que nadie, Cristina; y los empresarios haciendo la venia". 

Y lo absurdo, pero a lo que nos habían acostumbrado, es el asombro ante el hecho de que, ya no Cristina, sino el Jefe del Estado sea quien tenga más poder que nadie. Porque para Tenembaum sigue rigiendo la magnettiana (des)calificación del puesto de presidente: "cargo menor"

Como dice Sentis, a Tenembaum le está doliendo...

Ahora veamos la catarata de absurda hiel de un cliente (o paciente?) habitual de estas páginas, Alcadio Oña.


Presupuesto de 2012: ¿volverá el Gobierno a dibujar las cuentas?

¿Se puede ser más insultante, más irrespetuoso? ¿Se puede aprovechar de una manera tan vil la despenalización del delito de calumnias?

Y todos los dibujos del gobierno se refieren a cifras de crecimiento, recaudación e inflación -sobre todo la inflación- que figuran en el presupuesto y que posteriormente no se cumplen con exactitud, todo esto referido a la malévola intención del Gobierno de echar mano a las distintas cajas y sustraérselas a sus "legítimos dueños" que son las empresas privadas o las provincias; o sea, nunca el infame Gobierno K.

Por un lado, es cierto que normalmente las cifras han sido subestimadas -las del crecimiento- porque en una economía como la nuestra, que era -lo es cada vez menos-dependiente del comercio exterior, mejor ser cauto, sino te comprometés a partidas de gastos que después sólo podrás afrontar echando mano al endeudameinto, cosa que Néstor, humm, ya se sabe. Y en cuanto a la inflación, la pretensión oñana de que el Gobierno acierte con la inflación en el presupuesto es como pretender que un meteorólogo acierte con exactitud el pronóstico diario de todo el año, eso por un lado, pero por el otro, además, oña sabe y el gobierno sabe que generar expectativas inflzacionarias es inflacionista per se, que es lo que oña/clarín quiere y el Gobierno, ese que Tenembaum descubrió poderoso, no. Pero sigamos oña abajo. En realidad, recorriendo todo este vertedero de injurias que es la oñana columna, todo se trata del gasto, de la caja, de lo que hace el gobierno con la plata, un prolongado lamento de que esos recursos no estén disponibles para los poderes de siempre. No hay más que eso. Y un cúmulo de advertencias, casi amenazas, que también están presentes en Bonelli, sobre lo que va a pasar el oña, perdón, año que viene. (uyy, qué descubrimiento de sábado por la tarde, el problema de Oña es que quiere retroceder en los Años, que todo sea como antes!), como todos los oñas, perdón años, va a haber que tomar crédito afuera, va a haber que meter mano en las cajas para corregir los desequilibrios K... y Bonelli que ES Clarín va más allá en el uso del lenguaje, más lejos que nadie, diciendo.

La profundización del “populismo”, que implicaría desconocer los desequilibrios macroeconómicos y financiar esos desajustes apropiándose de nuevos fondos privados.

Suena a delito ¿no? Pero esto en Bonelli es permanente, el uso ilimitado de la mentira y la descalificación, su portavocía de los poderes financieros, su felicidad indisimulada cada vez que alguien en el extranjero, sea quien sea, habla mal de Argentina. Resulta tentador sentarse a recopilar todas las predicciones incumplidas de Bonelli, todas sus injurias; analizar su lenguaje servil hacia los poderosos de afuera y despreciativo hacia cualquiera de adentro, político, empresario, el que sea. Ël se siente por encima de todo; hay veces que uno se pregunta cuál es la medida real de su poder, si farolea o si es el enviado de alguien financieramente muy poderoso, no sé, un Kenneth Dart. porque la realidad es que dice cualquiera, y ahí sigue. Raro.

¿Y ésta?

En esta nota la joya para mí en la cita que motiva el título es "Su enojo es lo suficientemente grande como para calificar a Cristina Kirchner de “populista”. Terrible acusación, en línea de la que difundimos en su momento,

que al final se comprobó que era infundada, porque como todo el mundo sabe pero el fraude electoral impide ver, nadie es K en este país. La presidente, a lo sumo, como muy bien dijo el brasilero quejoso, es populista. Pero no K, no hay que pasarse.

Volviendo a la nota de la Gosman, usted señora, viendo el título, qué piensa: que está todo mal con los brasucas. ¡Arriésguese, lea! Y va a ver que no es así, como ya sabemos; le digo más: los brasileros dependen tanto o más de nosotros que nosotros de ellos, puesto que como relata la propia nota, el 50% de sus exportaciones industriales vienen pa'cá. A ver si corren el riesgo de perdernos. No sólo eso; quien titula una vez más se pone del lado del extranjero, porque de lo que se queja el empresario quejoso es de que lo obliguen a invertir acá -en Tierra del Fuego- para entrar con sus celulares.

Lo aquí relatado no hace más que confirmar lo que el lamentablemente difunto Stieg Larsson escribió sobre los periodistas económicos:

Durante los últimos veinte años, los periodistas de economía suecos se habían convertido en un grupo de incompetentes lacayos que, henchidos por su propia vanidad, carecían del menor atisbo de capacidad crítica. A esta última conclusión había llegado a raíz de la gran cantidad de periodistas de economía que, una y otra vez, sin el más mínimo reparo, se contentaban con reproducir las declaraciones realizadas por los empresarios y los especuladores bursátiles, incluso cuando los datos eran manifiestamente engañosos y erróneos. En consecuencia, se trataba de periodistas o tan ingenuos y fáciles de engañar que ya deberían haber sido despedidos de sus puestos, o —lo que sería peor— que conscientemente traicionaban la regla de oro de su propia profesión: la de realizar análisis críticos para proporcionar al público una información veraz. Blomkvist reconocía que a menudo sentía vergüenza al ser llamado reportero económico, ya que, entonces, corría el riesgo de ser metido en el mismo saco que las personas a las que ni siquiera consideraba periodistas.

Esta gente se supera, una y otra vez. Se degrada. Se corrompe. Su olor a descomposición se siente desde acá, desde la cocina de mi casa. ¿Ustedes no lo huelen?

Ah, nuestro título. Es cualquiera ¿no? Hay que probar de todo en la vida, incluso, aprender a titular como ellos.
RH

3 comentarios:

  1. Bueno de ultima siempre tienen la opcion de seguir emulando a Cronica y popular , mostrando sangre y cadaveres por doquier que `parece ser muy buen negocio , y si no hay casos sque mostrar hasta pueden participar en alguno habria que investigar por ahi tal vez tambien le enuentra un puticlub a algun juez . Aparate que mejopr el Clarin en rojo con la sangre para vender como con este nena que mataron donde obtuvo TN un altisimo rating explotando el morbo de las personas

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  2. Bien el titular, al fin le devolvemos alguna gentileza. A propósito hoy The Guardian ponderó al gobierno de Cristina Kirchner por la Asignaciòn Universal por Hijo y -peor aún- se hizo eco de otros medios que piden se considere el modelo argentino para salir de la crisis primermundista. Lo que se dice un golpe bajo a la libertad de prensa.

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  3. Kalle Blomkvist de los cojones!
    Guille

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