Antes  del enorme pronunciamiento del domingo 23, los de siempre (alguna vez  habría que hacer la lista con sus nombres y el de sus empresas y/o  emprendimientos) comenzaron a fogonear una “corrida” hacia el dólar.  Típico, usual. Le agregaban una contínuada “fuga de capitales”.  Auguraban una devaluación (“porque devalúa Brasil”, dijeron en el  pináculo del cinismo). Olor a negocio, amén de campaña sucia. Olor a  billete.
Bien,  hay novedades (seguramente las saben pero vamos con alguna precisión).  Saco esto y algunos datos de Tiempo Argentino de ayer (27-10-2001, págs 8  y 9):
“A  través del Decreto 1722, el gobierno nacional restableció a partir de  ayer mismo la obligatoriedad del ingreso y negociación en el mercado de  cambios de todas las divisas provenientes de operaciones de exportación  de petróleos crudos, sus derivados, gas y de empresas mineras. Fuentes  oficiales estimaron que esta medida ‘va a proveer un mayor ingreso de  divisas en el cortísimo plazo, esperamos por lo menos U$S 3.000 millones  al año, e inclusive un poco más’. De acuerdo a un trabajo de la  consultora Abeceb.com en los últimos meses la Argentina ha sufrido una  sangría de divisas que osciló en un promedio mensual de U$S 2.050  millones pero paralelamente hay un ingreso promedio de U$S 2.252  millones sólo en concepto de liquidación de exportaciones de granos y  productos derivados. La determinación de ayer apunta a fortalecer el  ingreso de divisas y descomprimir la presión sobre el tipo de cambio.”
Y  un poco más adelante, como para tener una idea, sigue el diario: “Hasta  el lunes las empresas que trabajan en la actividad minera contaban con  un régimen diferencial que les permitía enviar al exterior los dólares  que obtenían como resultado de las exportaciones de recursos que extraen  del subsuelo argentino sin necesidad de liquidar las divisas en el  país.”
“Por  su parte, las petroleras tienen un régimen hiperflexible que sólo las  obliga a liquidar en el mercado cambiario el 30% de sus ventas al  exterior.”
La  obligatoriedad de liquidar divisas de los provenientes de estas  actividades se había dispuesto por decreto 2581 (abril de 1964), cuando  el Ejecutivo era presidido por Arturo Illia. En esa oportunidad, la  medida incluía la obligación de liquidar divisas de todas las  exportaciones. Como sabemos, ese gobierno no pudo mantenerse ante el  embate de las corporaciones patronales y la principal corporación que  era, en ese entonces y hasta no hace tanto, el “partido militar”.  
Pero  fue el binomio imbatible, Menem-Cavallo, quienes en marzo de 1991  permitieron a las empresas exportadoras manejarse como se les cantara,  es decir, liquidando divisas fuera del país sin control alguno.  Coherencia a full. 
Alguno  dirá “al fin se acordaron”, o “lo hacen por la coyuntura de la corrida  al dólar”. Otros pensamos que se trata de la profundización del modelo,  algo a lo que la Presidenta (muy reelecta) viene diciendo continuamente.
Estas son las reglas del juego muchachos. 
Edelmiro F.

Qué buena jugada. Es justo y necesario, como dicen los católicos.
ResponderEliminarO como dice el Diez: La tienen adentro.