lunes, 12 de enero de 2015

SIN PEROS, Y A FONDO

Mi amigo Luis Di Donna publicó un extracto de una nota titulada "Pero", en la cual se trata el tema de quienes desde la comodidad, el desconocimiento y, ejem, "la izquierda" medio que entran en cuestiones como mínimo contradictorias sobre el asesinato de los miembros de la redacción de Charlie Hebdo. Como fui invitado a leerlo, "naturalmente" comenté. Y comenté. Y comenté. Lo comparto, invitando, naturalmente que lean la nota de Luis.

No hay peros. Es estúpido decir que "se la buscaron", hay millones de musulmanes en Francia y, no sé, 2, 5, 10, son los que entraron en la redacción y mataron a los periodistas y a los del supermercado. Todos estaríamos a punto de ser muertos por las cosas que decimos.

Me ratifico: creo que nadie es Charlie Hebdo. Se mató a personas, irreemplazables, únicas -como todo individuo- y dejan un tendal de sufrimiento en montones de individuos.

"Peeero" estas manifestaciones me producen una irritación sin límites, no por los que se manifiestan, que lo hacen arrastrados por los sentimientos, Sino por la esencia "especular" de la propia idea de "Yo soy Charlie Hebdo": es la misma que la de sentirse insultado porque se satirice a Mahoma. Es poner el signo por encima del significado. Esto que me pasa no es de hoy, me pasa desde siempre, lo de la "porencimización" de unas víctimas frente a otras. Me pasa cada vez que alguien agarra una desgracia como si fuera un garrote y comienza a atizar a diestra y siniestra con ella. Mientras tanto, languidecieron durante siglos las víctimas de la trata, las muertas por abortos, los muertos de "Construcao". Los muertos de hoy mismo por las políticas neoliberales, por suicidios, por enfermedades, por hambre, aplastados bajo el eufemismo de "las medidas dolorosas que hay que tomar".

Hoy, hasta las cabezas mejor pensantes dicen que "se manifestaron contra el miedo", que es el colmo del oximoron oculto. Si no hay miedo, uno no se manifiesta. ESTA ES LA GRAN MANIFESTACIÓN DEL MIEDO. Acá ya lo sabemos, Clarín organizó la de Blumberg que fue el comienzo de la desestabilización del kirchnerismo, la bandera de largada. Esto, le pese a quien le pese, lo considero igual, su versión mundial. Y detrás de esa manifestación vino lo que vino, que sigue presente entre nosotros: el azuzar el miedo de cualquier manera. ¿Qué podemos esperar de esa primera fila de la manifestación?

Para cerrar mi parrafada, repito: bajo ningún punto de vista aceptaré entrar en el debate si ellos se la buscaron o no, porque nunca un asesinado es cómplice de su muerte, suelo decir que ir con la cartera abierta no hace menos ladrón al ladrón. Imagináte esto. ESTO, como todos los males del mundo, ES CONSECUENCIA DEL NEOLIBERALISMO, esa enfermedad que se lleva por delante todo por su esencial falta de valores que, con su accionar, genera nichos de impotencia por todo el mundo que cada tanto explotan.

Como en Paris.

1 comentario:

  1. Partamos de la base que las víctimas de asesinatos violentos, (de índole religiosa, política, deportiva, racial, etc.) y las causadas por medidas de distintos poderes (guerras, ajustes, desempleo, hambre, desahucios, narcotráfico, trata de personas, envenenamiento del medio ambiente, etc.), son TODAS igualmente lamentables ya que en TODOS los casos estamos aludiendo a seres humanos. Desde el punto de vista de la imparcialidad, la moral y la ética, resulta abominable que a algunas muertes se les dé una trascendencia mayúscula a nivel mundial y a otras ... apenas se las mencione, se las disimule o directamente se las ignore. Es ésto lo que me enferma, al igual que a otros millones de tipos y tipas. Reconozcamos que la hegemonía de los medios de difusión es la que aplica esta distinta vara, tanto a nivel local como global. De esto no queda nada más que agregar, salvo que una verdadera libertad de expresión y no de empresa, es lo único que puede salvar esta inequidad. Actualmente, las redes contribuyen en parte a atenuar esa información inclinada hacia ciertos planos y refractaria con respecto a otros. Esta hipócrita actitud es particularmente irritante cuando las víctimas pertenecen al mundo de la prensa y los medios de expresión, como si cualquier otra víctima que se dedicara a cualquier otro menester fuera, vaya uno a saber porqué, menos lamentable.
    Con respecto a los móviles, responsables y aperturas de cajas de Pandora que puedan resultar de esta masacre, puedo imaginarme desde fanatismos inicuos hasta conspiraciones derechoicas, sin contar con más pruebas que las mil noticias, muchas de ellas contradictorias, a las que puedo acceder. Por lo tanto, será conveniente desensillar hasta que aclare, si es que algún día eso se produce. Mientras tanto, repudiemos el empleo del MIEDO como disciplinador o auto-censor. El advenimiento de mejores tiempos de verdad en épocas dominadas por la derecha, suele ser el momento adecuado para que el MIEDO se convierta en el arma adecuada para bajar la estima y la esperanza de los pueblos.

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