viernes, 24 de febrero de 2012

Mi papá, centenario


Hace años que con mi hermana hablábamos de esto, y al final ocurrió. Al final se vino encima, al final está a punto de terminar. El 23 de febrero del 2012.

Y qué pasa. Pasa que el viejo hubiera cumplido 100 años.

Impresiona. Sí.

Tengo 54. El viejo conmigo esperó bastante, esperó bastante en general: mis hermanos son mayores, pero aún así… el viejo esperó bastante. Y por qué. Complicado el siglo XX (tuve que recular, había escrito “20”, y no, pa´que sea vistoso tiene que ir en romano).

Sí. Complicado el siglo; para él, seguro.

Nace en el 12. Bueno, eso es evidente, siendo que hoy cumple 100 años. Nace en Zürich. Pero no, no es suizo. Es alemán. Porque su padre es alemán. Su padre es de Peiskretscham, afueras de Katowitz. No la busque en Alemania: hoy, es Polonia. O sea, nace en Suiza, pero es alemán, porque su padre es alemán, de un lugar que hoy no queda en Alemania (y en vida suya, a partir del 45, tampoco). (tengo que ir más rápido, son once y media, me queda media hora de centenario). El padre, es un patriota. Así que en el 14 se vuelve a Alemania, lucha por su país. Es correo en moto. Nada más que decir sobre esa vuelta, no sé más. Mi padre no contó mucho, casi nada. Algo sobre las distintas ciudades en las que fueron viviendo. Contó eso sí que se encontró en algún lado con un compañero de la escuela, quien le dijo “ah, sí sos Hans, el que siempre estaba solo”. Puff. Ven la foto. Un tipo repintón. Muy carismático, me parece además. Pero solitario. No sé. Bueno era, sí. Muy bueno. Muy buena gente. Valores. Fuertes, muy fuertes. No sé. Solitario. Quizás algo de vergüenza. Quizás porque esta fecha de hoy hace 100 años, es más de un año anterior a la fecha de la boda de mis abuelos. Debería darle igual. Y en realidad nunca dijo nada al respecto; yo lo vi una vez en un papel, después de su muerte. Y, en realidad, poco dijo de muchas cosas-propias- en general. De otras cosas sí hablaba, bastante. Pero tuve poco tiempo, la verdad. Se me murió cuando tenía 27 años –yo-. Una porquería. Tenía –y tengo- tanto para preguntarle. Y tanto para decirle. (me quedan 15 minutos, tengo que ir más rápido). Hace poco fui a la Biblioteca Nacional, a no sé qué, y pusieron un stand con libros editados por la propia Biblioteca. Y entre ellos, un libro sobre Vorwärts, la asociación/club o lo que fuera socialista fundada por inmigrantes alemanes a fines del 19. Lo compré, porque sé que mi viejo anduvo por ahí. (H)ojearlo de arriba abajo, buscar familiaridades… y ahí están. Está Walter Freund, quien fuera no sé si su mejor amigo, y de quien se distanció, aparentemente por la deriva totalitaria de Alemania Oriental. Digo aparentemente porque pueden haber otros factores que comienzo a atisbar, y que en estos diez minutos que quedan no deben ser tratados. Ya tocará. Pero también aparecen otras cosas que sí estaban en el relato de mi viejo; una manifestación antifascista del 44 o 45 en la que estuvo y en la que hubo represión. En su relato, estuvo a punto de ser deportado a Alemania, lo que hubiera sido su fin, y responsabilizaba de eso a Perón. Así que fue gorila toda su vida. Hoy no toca discutir con él. Yo tampoco fui peronista, de hecho, no lo soy en sentido estricto; creo que Perón fue –hasta N&C- lo mejor que le pasó a este país. Pero eso sí: en división de aguas, lo soy. Y hay un párrafo del libro sobre Vorwärts –adelante, progreso- en el que se trata este tema, el del desencuentro entre socialistas y comunistas con el peronismo y con el pueblo peronista, y quien escribe dice: esto es una tragedia. Ojalá mi papá pudiera verlo. Ojalá mi papá pudiera vivir estos tiempos.

Pero, por qué mi papá terminó acá. Porque su padre, el patriota, era judío. Así que mi padre, hijo de un judío (él estaba bautizado, su madre era católica), la tenía bastante complicada. Así que salíó de Alemania, y se vino, su mejor amigo ya estaba acá. Y mi abuelo, judío, por ser patriota, pudo salir a Francia. Pero en Lyon en el 44 imperaba Barbie, así que en febrero del mismo año, apenas un ratito antes del día D, lo deportaron. Su nombre figura en un tren con destino a Auschwitz. Fin de trayecto.

Así que mi papá entonces, un pintón de aquellos, buena persona, rubio de ojos azules cosa que nos escatimó a sus tres hijos, morochos como la judía berlinesa con la que se casó (a la que conoció en La Fragata, Corrientes y San Martín, mismo lugar en el que para la misma época fueron presentados dos insignes gorilas como Borges y Bioy, otro matrimonio de casi toda la vida)… hoy cumpliría, cumple, 100 años. Lo extraño mucho. Tengo tantas cosas de las que hablar con él, que discutir con él. Tantas cosas que me salto en lo escrito.

Hans H, brindo por vos. Me dijiste en tu lecho de muerte que fuiste feliz. Que tuviste una buena vida. Quizás fuera solamente para consolarme. Pero que en esa circunstancia dijeras eso, invita a creerlo. Que lo dijeras, habla de vos.

Tuviste una buena vida, que en el día que acaba de terminar cumple un siglo.

El Centenario de mi papá, quien está tan presente siempre, en cada paso que doy, incluso en aquellos en los que a priori él no acordaría.

Qué privilegio.



RH, hijo de Hans H

2 comentarios:

  1. Excelente. Me emocionó tu relato y me pareció cotidiano de hace mucho, cuando conocí a tu viejo y compartí unos desayunos, cenas y alguna charla. Feliz cumple.

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  2. muy lindo, brindo por su centenario! hermoso escrito,che
    Guille

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