viernes, 17 de mayo de 2013

Iremos cayendo



Lentamente -falta todavía- caeremos en que no fueron ni "represores", ni hubo "terrorismo de Estado". Fueron, simplemente, las patovicas, las patotas de un poder económico supranacional, que entraron por la fuerza en las instalaciones de nuestro Estado y lo ocuparon, y desde allí organizaron sus expediciones de saqueo y exterminio. Nada más.

Darles categoría de "represores" es reconocerles un status de defensores de un orden legal, que no fue tal. Durante su imperio violento, la ley fundamental de esta nación no regía. Por tanto, los actos de violencia que cometieron no fueron "represión": fueron asaltos violentos de criminales fuera de la ley. Y lo que llevaron a cabo no fue terrorismo de Estado: fueron actos criminales. Genocidio. Genocidio, sí, porque su objetivo fue eliminar por completo a un grupo por razones de raza o ideas, y borrar su memoria apropiándose de sus hijos.

Nada de lo que hayan firmado esos ocupantes por la violencia del aparato físico del Estado debería tener vigencia. El primer ejemplo fue el de la deuda, declarada ilegal por un juez en el caso Olmos, Papel Prensa y tantos otros. Todos acuerdos firmados bajo el poder de las armas de un ejército de ocupación, jueces ilegales, etc.

Represores, no. Genocidas, vulgares asesinos, saqueadores por encargo de amos económicos que deben pagar aún sus culpas, y resarcir al pueblo argentino por todo so sufrido, todo lo padecido.

RH

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