martes, 14 de mayo de 2013

Cuando nos acusan de nazis...

Acaba de terminar en Encuentro, un programa sobre los exiliados del nazismo en Hollywood. Miles de señores que por judíos o zurditos tuvieron que huir, escaparse, exiliarse... porque sino los mataban. Lubitsch, Billy Wider, los Siodmak. La mismísima Dietrich. Paul Henreid (el marido de la Bergman en Casablanca), Peter Lorre, y la mayoría de los empleados del Rick's Café, todos huidos del nazismo.

Como mis viejos aquí. Mi abuelo no tuvo esa suerte. cayó en Lyon en las garras de Barbie.

Entonces, cuando cualquiera de estos psicóticos irresponsables se atreve a comparar esto con el nazismo... me hierve la sangre. No me sale ninguna sonrisa condescendiente. No puedo relativizarlo. Les deseo el vivir eso sus propias carnes, allí, en ese tiempo, lo que fue. La opresión absoluta, la estigmatización por portación de rostro y apellido... esas cosas que ellos mismos practican apenas te das vuelta. Y la muerte. La muerte industrial, "ilustrada" según el entender de algunos filósofos, que vieron al nazismo como culminación desgraciada pero posible de "la Razón". Pero a la vez apasionada, la pasión del odio orientado, del miedo que se transformó en euforia exterminadora, previo paso de la esclavización, de la mutación de los cuerpos en "objetos explotables".

Cómo se atreven. Cómo se atreven. No puedo dejarlo pasar, no debe dejarse pasar. Yo siento que debe contestarse así, que debe decirse claramente de qué se habla cuando se habla de nazismo, y de cómo esas actitudes, la de los acusadores, son las que llevaron justamente al nazismo. Pero que eso aquí no ocurrirá porque personas como vos y como yo ya lo vimos, ya lo vivimos en el silencio apasionado de nuestros padres, tan terrible silencio para cuidarnos.

Si ellos hicieron eso, si mis viejos se tragaron todo para tratar de salvarme, de salvaronos: ¿por qué cualquier tarado tiene el derecho de trivializar cosas tan terribles y boquearlas a los cuatro vientos?

No podemos concederles ese beneficio.

Yo no se los concedo.

RH

4 comentarios:

  1. Que a uno lo llamen nazi tiene sus bemoles, y no sé si les conviene a los acusadores.
    Los nazis de verdad, los alemanes, tuvieron la característica de ser creadores, portadores, de una ideología (y una práctica social y política), siniestra, brutal, criminal y un larguísimo etcétera, pero, llevada adelante por personajes muy particulares y, en muchísimos casos, dotados si no de genio, de brillantez intelectual, speer, von braun, el mismo heidegger, y muchos más.
    También puede decirse que fué ahí, en esa época y en esas circunstancias que se gestó el mundo tecnológico de hoy (y aún si decir éso fuera una macana, no sería una macana infundada).
    Para bien y mucho para mal, el nazismo influyó, influye y determina el mundo de los últimos 70, 80 años
    O sea, que los acusados de nazis, implícitamente, serían acá reconocidos como una "raza superior" de la política argentina. Viendo el mamarracherío opositor (y acusador), una verdad "científicamente comprobada".
    Párrafo aparte merecen aquellos que se reivindican nazis y que, justamente, son rechazados por los de la casa matriz en la madre patria con capital en Berlín. Herr biondini y asociados, gente jodida, como nazis, un (mal) chiste. Eso sí, muy útiles para ciertos laburitos.
    No sé si realmente debe contestarse una acusación así, no sólo es ridícula viendo la falta de las montañas de cadáveres, sino que mucho más ridículos resultan los acusadores y su absoluta carencia de argumentos válidos... encima no se conforman con acusar de nazis, también acusan de estalinistas, de chauchechistas, de ser negros cabeza, etc., erc., etc..... son unos muertos, por su propia incapacidad, otra que por el ciklon B (K).
    Que el mal para los banales sea este "nazismo" populista, tan estrafalario que habla de "los otros" y de inclusiones, casi casi que es un elogio. En este mundo, en esta época y con esos antecedentes históricos. Los nazis, originales o fotocopias grises, nunca dejaron de estar, no viene mal estar atentos, tampoco viene mal burlarse un poco de denunciadores de la calaña que nos toca padecer.

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  2. La calumnia es una forma de agresión y precede a otras formas de agresión peores. Por eso no es extraño que hagan uso de tales acusaciones tan claramente falsas.

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  3. Un actor agregado : Conrad Veidt, el mismísimo Major Heinrich Strasser, cuya tercera esposa era judía.

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  4. sí sí, grandísimos todos. Una película maravillosa, una especie de oráculo que siempre acierta, hasta para criticar a la prensa ("qué vergüenza rick, me han dicho que aquí se juega")

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