viernes, 11 de octubre de 2013

EL PROGRAMA RAÍCES Y MÁS QUE NOS DEBEN

Viendo lo del programa Raíces (lo de la repatriación de argentinos preparados en el campo científico), una vez más todo el tapiz se reacomoda, y se concluye:

No es que los científicos "tuvieran que irse" porque "este país no daba para más".

Este país no daba para más porque las (des)políticas aplicadas eran para sacarle todo, TAMBIÉN A LOS CIENTÍFICOS.

Todo lo que fuera redituable.

Todo "su capital"

Es todo -fue todo- lo mismo.

Te quisieron convencer de que "los capitales se van porque no hay clima de confianza", o "no hay seguridad jurídica".

Pero la verdad verdadera es que la plata se va de acá porque "la necesitan", o sea la quieren allá. Lo de "la confianza" es el viejo truco del síndrome de Estocolmo. O sea, la culpa es de la víctima.

Lo mismo es que los científicos se fueran a "lavar los platos", la idea que se fueran a donde fueran rentables para sus amos. Acá se pago su educación, que produjeran allá.

Y encima la plata de su educación... ¡Nos la hiceron figurar como deuda!

Estaría bien repasar todo lo que produjeron esos científicos para sus ...apropiadores (¿Por qué no? ¿No lo serían también?) y cargarlo en su cuenta, la de sus apropiadores, NUESTROS apropiadores. Nos le deben, y además resarcirnos por todo lo que su ausencia significó para el bien-malestar de esta sociedad.

Se apropiaron hasta de nuestro kow how, que en sus leyes vale un montón. Sería hora que eso nos lo paguen.

Dios mío. La plata se va porque no generamos confianza. Los científicos porque este país no da para más.

Ambas cosas, porque tenemos síndrome de Hubris. Y síndrome de Moria.

Hijos de puta.

RH

1 comentario:

  1. Los miserables que piden por el vaciamiento del país no se han ido. Y quieren volver a tomar las riendas.
    Tener dignidad ahora es el "síndrome de moria" y luchar contra los poderes fácticos por el bienestar de la población "síndrome de hubris", o al revés, que importa. Me recuerdan a los psicólogos del siglo XIX que hablaban del extraño mal que afectaba a los esclavos y que los hacía querer ser libres, cosa que los especialistas decían curar y no precisamente quitándoles las cadenas.

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